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Lisa pov. 

Jennie está tan mal que apenas puede caminar hasta el jeep sin que se le doblen las piernas.

Ojalá me hubiera dicho la verdad cuando le pregunté, pero no lo hizo.

Por lo tanto, tuvo que aprender la lección de la manera más dura y dolorosa.

Abro la puerta del lado del acompañante, pero ella planta los pies, sigue sollozando, pero la mirada que me lanza está tan llena de odio que la siento en mis huesos.

—Entra.

Intenta huir, pero la agarro de la cintura y tiro de ella hacia mí. —No tan rápido, Stray.

Su aborrecimiento hacía mí está prácticamente saliendo de ella en oleadas mientras patalea con las piernas. Rechinando los dientes, agarro el cuello de su camisa blanca abotonada y la empujo contra el jeep. —Te di una opción.

Intenté con todas mis fuerzas conseguir que ella confiara en mí lo suficiente como para ser honesta conmigo.

Pero ella falló. 

Por lo tanto, esa mierda está en ella, no en mí.

—Te odio. —Me escupe en la cara mientras otro sollozo se le escapa—. Te odio.

Ella no me odia… se odia a sí misma.

Odia lo que ella hizo.

Odia lo que él hizo.

Odia que yo haya sostenido un espejo y la haya obligado a mirarse sin la fachada que le gusta poner.

Porque no es una chica perfecta que obtiene calificaciones perfectas y vive una vida perfecta mientras usa sus malditas perlas perfectas.

Ella es cruda y real.

Ella es defectuosa y está jodida.

También está furiosa como el infierno.

Alzando la mano, me araña la mejilla, desde que la conozco, siempre se ha controlado, siempre se las arregla para recomponerse justo antes de llegar al fondo... pero ahora mismo, es como un animal salvaje que está desquiciado.

Y que me jodan si eso no hace que me hierva la sangre y se me ponga dura la polla.

Aplasto mi boca contra la de suya, mordiendo y chupando sus labios con tanta fuerza que estoy segura de que estarán magullados.

Sus uñas me arañan la espalda y gruño, el dolor hace que mi polla palpite aún más mientras ella abre más la boca para que pueda alimentarla con mi lengua.

—Te odio —se ahoga contra mis labios, con la voz entrecortada por las lágrimas, mientras exploro y provoco su boca.

Apuesto a que puedo hacer que ella me odie aún más.

En una nueva misión ahora, abro la puerta del asiento trasero. Luego, agarrando su culo regordete, la levanto y la arrojo en el asiento trasero.

Subo después de ella y meto las manos bajo su falda, donde encuentro sus bragas húmedas y calientes antes de bajarlas por sus piernas.

—Lisa...

La levanto, nos coloco en una posición sentada y la pongo a horcajadas sobre mi regazo. —Esta es la forma en que te gustaba follar con él, ¿verdad?

El fuego está de vuelta en sus ojos cuando gruñe —Vete a la mierda.

Empujo, frotándome contra su coño.

Está tan empapada que crea una mancha húmeda en mis pantalones.

Una que la haré lamer.

Colocando mis manos debajo de sus axilas para hacer palanca, la giro en mi regazo y luego empujo su espalda baja hasta que se inclina hacia adelante.

Te Odio. [Jenlisa g!p]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora