𝐒𝐄𝐂𝐎𝐍𝐃 𝐋𝐈𝐅𝐄

62

AÑOS ATRAS

1:36 AM

Beomgyu se colocó la capucha al sentir el frio aire golpear su cuerpo, tembloroso sacó su celular al escuchar la pequeña notificación.

"Esta en la entrada"

Beomgyu apagó su celular para después colocarse sus guantes de látex y salir de unos arbustos, vigilando a sus alrededores. Comenzó a caminar de manera sigilosa hasta la camioneta afuera de la casa del señor Choi.

Beomgyu pudo observar las cámaras de seguridad y un punto parpadeante de color rojo se apagó, indicando que las cámaras no estaban grabando. Kihyun se habia encargado de apagarlas hackeando la red de la casa.

Se acercó hasta la camioneta a gran velocidad. Estaba totalmente vacía la calle y a total oscuridad, solo estaban ellos dos.

Beomgyu haría todo esto rápido y sencillo.

Abrió la puerta de la camioneta con fuerza encontrándose al padre de Soobin. Beomgyu le sonrió malignamente bajo el cubrebocas causando que sus ojos se achicaran.

─¿Choi Beomgyu? ¿Qué hace-es a...?

No pudo terminar su pregunta ya que Beomgyu habia sacado una pequeña navaja de su bolsillo para clavarla en su pecho, el señor Choi abrió la boca sorprendido para después quedar en estado de shock.

El chico sabía que no era suficiente, la furia y el enojo dentro de él no eran suficientes, necesitaba mas.

Quedo hipnotizado al ver la sangre en sus manos mientras sus pensamientos estaban maldiciendo a Soobin y a su padre, los maldecía por siempre hacerlo a un lado y maltratarlo.

Su salud mental quedó arruinada gracias a ellos dos. Él no era el villano de la historia, ¿verdad?

Todos decían que Soobin era un amor de persona, pero solo Beomgyu veía su verdadero ser.

Beomgyu había crecido en un lugar lleno de amor y dulzura. Pero en cuánto Soobin llegó nadie le presto atención, todos estaban enfocados en él.

Si el padre de Soobin pudo matar a los padres de Beomgyu, ¿por qué él no podía tener venganza? Había llegado tan lejos que no dejaría que nadie se interpusiera en el camino.

Colocó sus manos en su cuello para dar presión, ahorcándolo. Lentamente estaba perdiendo el conocimiento al igual que su respiración y en cuanto el cuerpo cayo en el asiento del copiloto Beomgyu verifico su pulso.

"Esta muerto", pensó con una sonrisa.

Antes de irse tomó el brazo de su tío para después pasar la navaja por sus venas, como si el se hubiera autolesionado. La sangre broto por sus brazos hasta llegar al suelo. Dejó profundas marcas hasta llegar al hueso. Todo el asiento estaba lleno de sangre al igual que la ropa y rostro de Beomgyu.

Este en un ágil movimiento tomo la cámara que se encontraba en el retrovisor frontal que se usaba para grabar accidentes automovilísticos y asi no dejaría pistas de él, si alguien escucha el audio de la cámara entonces quedaría expuesto.

Cerró la puerta del auto con su pie para después irse corriendo hasta poder encontrarse con una gran camioneta negra, este de inmediato abrió la puerta para subirse. En el asiento del conductor se encontraba Kihyun mirando su celular, el aparato iluminaba su cara entre la oscuridad.

─Vámonos, ya. ─ordenó Beomgyu.

Kihyun lo observó desinteresado para después encender la camioneta y alejarse de la escena del crimen. Beomgyu abrió la guantera en busca algo con que limpiarse ya que le asqueaba la sangre, al no poder encontrar nada dejo caer su cabeza en el respaldo del asiento.

─Soobin piensa que tú lo mataste, ¿no? ─preguntó Beomgyu rompiendo el largo silencio.

─Si, toma.

Kihyun le dio una bolsa transparente con una grabadora de voz un tanto antigua dentro, este la tomó confundido.

─Ahi esta nuestra conversación de días atrás con Soobin, él mismo me pide deshacerme de él.

Beomgyu alzo la bolsa para tratar de observarla fascinado. Todos podían creer que seria la culpa de Soobin.

─Increíble, totalmente increíble. ─dijo Beomgyu sonriendo de una manera espeluznante─. Soy todo un genio.

─Ten en cuenta lo que acordamos. ─le recordó Kihyun con la mirada fija en la carretera.

─SI claro, no te preocupes.Tu hermanito podrá terminar su universidad, tu solo sigue manejando.

Kihyun trago en seco, tenia que admitir que esto le asustaba.