62➹no es una manada, esto es una granja

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—¿POR QUÉ TENEMOS QUE HACER ESTO? Kali hizo que Ennis empacara la comida, yo vi las latas de atún — Naga no tenía más de diez años, llevaba dos años siguiendo a Deucalion y su manda por toda Alaska que parecía ser el único mundo que conocía y cuando Kali le hablaba de Vancouver o Ennis de Atenas era como sí le hablaran del espacio.

Y sí algo había aprendido desde que se mudó a Juneau era a quejarse, los primeros días fueron abrumadores con tantos olores, sabores y sonidos recién descubiertos, tuvo que aprender a enfocar sus sentidos de nuevo, pero aún le daban arqueadas cada que pasaba por un baño público.

Deucalion sonrió de medio lado, era una astuta que Naga había identificado como la que prevenía una irónica broma— ¿No pescabas? Recuerdo que me dijiste que te gustaba el pescado.

—Mmm... sí, pero lo robaba — Naga volvió a lanzar su caña con carnada desde la roca donde estaba sentado, esperando que después de media hora, por fin atrapara algún salmón en ese riachuelo—. El agua era helada, y los inuit pensaban que era alguna clase de... no sé, fantasma, así que no me seguían.

—Así que eras un bribón.

—Más o menos — nuevamente escuchó fuertes golpes a lo lejos y vio una parvada de pájaros salir volando, Naga los observó un momento hasta que desaparecieron entre el manto verde, era verano, así que había un cálido sol que acompañaba a la brisa fresca de los salmones que luchaban por ir río arriba —. ¿Dónde están Ennis y Kali? Ya se fueron por dos días.

Como cada vez en la temporada, se alejaban al bosque en una cómoda cabaña por al menos un mes, ahora llevaban dos semanas afuera, y una acampando cerca de un riachuelo dónde Deucalion se había puesto a enseñarle a pescar, aunque las clases no iban muy bien.

—Fueron a investigar, omegas llegaron recientemente al área y no quiero que traigan más invitados indeseados — pronunció, Naga entendió que se refería a cazadores —, pero tal vez lleguen hoy para la cena sí se dan prisa, aunque cómo lo veo, no habrá cena.

— Pero tú no ves.

— No cómo un humano, claro — Deucalion sacó otro salmón, por lo menos, Naga había visto que sacaba a tres antes de ese, lo que lo hizo fruncir su ceño.

— Esto es tonto, no he pescado nada en la última hora, quedarse sentado a que la comida venga es estúpido — el lycan bufó entre molesto y desanimado dejando su caña de pescar de un lado con los brazos cruzados y sus rodillas contra su pecho, prefiriendo ver a los viejos y jóvenes nadar contra la corriente, luchando por la supervivencia de su especie, ya que el objetivo era llegar hasta la cima de su ruta migratoria y procrear.

Eran masas las que llegaban cada año; un poco de agua cayendo en su cabello y nariz lo hicieron estornudar cuando un grupo de salmones saltó cerca de él, lo que hizo a Deucalion reír silenciosamente. Naga lo miró con sus ojos estrechados por debajo de sus brazos, usualmente él dejaba que se calmara o su rabieta pasara antes de hablar.

WILD ONE¹ ─── Teen Wolf ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora