WO | ❝Oh, cariño, yo me vuelvo salvaje cuando estoy contigo.❞
Dónde Naga llega a Beacon Hills junto a la manada de alfas, en busca de un nuevo miembro. Aunque era Deucalion él que lo buscaba, él por su parte, había llegado al pueblo sin mucha...
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NO ESTABA ACOSTUMBRADO A LA ATENCIÓN, Naga siempre había hecho las cosas por sí mismo, estaba acostumbrado a valerse por su cuenta; por lo que las últimas dos semanas habían sido... Extremadamente raras con Ethan y Aiden yendo de arriba a abajo, haciendo todo lo que pedía sin quejas, eran lo más acercado a tener un elfo doméstico fuera de Hogwarts.
Justo como esa mañana, apenas había despertado, Aiden le avisó que ya estaba el desayuno hecho, o bueno, Ethan lo hacía mientras que él ponía la mesa. No tenía idea desde que hora se habían levantado o por qué no había escuchado nada de ruido, siendo que no tenía un sueño tan pesado. Sumando que en ese departamento no había muchas paredes que bloquearan el sonido...
Derek Hale y su hermana Cora se habían ido de Beacon Hills. ¿A dónde? Naga no tenía ni una idea, Peter tampoco había sido muy comunicativo desde hace una semana; pero el lycan esperaba que nunca volvieran. ¿Por qué? Pues, para no dormir debajo de un puente a Aiden se le ocurrió la magnífica idea de forzar las cerraduras y quedarse en el departamento.
Naga había cobrado su favor con Scott y sus amigos en un voto de silencio. No le dirían nada a los Hale, y estarían en paz.
— No es por presumir, pero los waffles me han quedado en su punto y el tocino está crujiente, pruébalo. Está delicioso — Ethan aseguró desde la cocina moviendo la espátula.
Aiden se sentó mirando su plato — Si no lo quieres, lo aceptaré con gusto.
El lycan solo rio negando antes de ver el desayuno. Joder, sí que se veía bien. Aunque Naga tenía sus propias sospechas, ¿Cómo podía negar esa comida?
— ¿A caso están haciendo brujería? — Cuestionó vacilante cuando se sentó en la mesa.
Ethan lo miró extrañado y Aiden ofendido al cruzarse de brazos antes de hablar— ¿Qué? Ahora no podemos ser amables sin que tengamos algo entre manos.
Naga los miró con una sonrisa cínica antes de llevarse un tocino a la boca — ¿Qué quieren sus miles?
Ethan rasco su nunca, mirando de reojo a su gemelo, como si decidieran, quién se lo diría.
—¿Y bien?
— Pues... Lo que ya sospechabas desde hace dos semanas — El castaño se encogió de hombros — Hacer lo necesario.
— Lo que un alfa tiene que hacer — Agregó Aiden, inclinándose en la mesa — Tenemos que buscar gente y rehacer una manada.
Naga lo miró con burla y rio entre dientes, como si hubiera escuchado un terrible chiste y te reías de lo malo que era. El lycan negó dándole un sorbo a su café
— No voy a hacer eso — Soltó el lycan con firmeza, aunque con un aire tranquilo.
Los gemelos le miraron confundido y Ethan habló alarmado. Aiden se lo había dicho; Naga no aceptaría, pero él aún tenía una esperanza que lo hiciera por ellos.
