58➹la esencia del lobo

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LA CABEZA DE NAGA ERA CONFUSA, cuando cerraba los ojos todo parecía dar vueltas y se preguntaba sí la noche anterior fue real, sí el sabor metálico se había quedado impregnado en su lengua, sí realmente había visto como el corazón del chico a las primeras horas sin nombre se estrangulaba con una taquicardia que lo hizo convencerse que tendría un paro cardiaco debido a su mordida, sí la carne que Novalee le había arrancado había comenzado a sanar y por unos segundos entre la sangre y podredumbre de su cuerpo abrió los ojos en un brillante dorado, resplandeciente como el oro que aún en esas horas, amenazaban su vida.

Y cuando abría los ojos de vuelta, escuchaba los latidos taciturnos y sólo tenía que levantar su vista y confirmar que era real, el chico, ya no tan desconocido -porque Naga lo había conseguido recordar como uno de los jugadores de Devenford que Brett llamó Yuma, de hecho, Lori también lo mencionó-, se había convertido en un hombre lobo, él lo había creado, era su beta y eso era real.

Tan real cómo la hora de la madrugada en que Naga sacó a Novalee a la morgue y encontraron un cuerpo, tal vez lo único bueno para un wendigo en una ciudad, es que siempre habían muertos. Habían dejado a Yuma encadenado por sí despertaba, el refugio cerrado bajo llave y a un Naga pidiéndole a la luna con que no abriera los ojos hasta la mañana, y ahí estaban, él sentado en el sillón frente al chico que seguía durmiendo, lidiando con su ruidosamente y con parte del insomnio de Novalee hasta que la wendigo se quedó dormida unas tres horas antes con rastros de culpa cuando Naga le convenció de pegar el ojo para la escuela.

Y él lidiaba con el dilema de la palabra, ¿Debía de ser amable o contundente? ¿Fuerte o sensible? ¿Cómo debía de ser un buen alfa? ¿Qué era eso lo que eso significaba? ¿Ser como Scott o Satomi? No, no tenía el corazón tan puro e ingenuo del alfa verdadero ni la suficiente paciencia de la loba budista. Tenía claro que no como Deucalion, no en su totalidad, pero podía tomar aspectos. Quería ser alguien que les enseñara a sobrevivir, porque ese era el propósito de liderar, ¿No? Guiar.

Tal vez sólo debería ser yo y aprender de los errores de otros, se dijo. Tenía muchos ejemplos de alfas y sus comportamientos, un registro casi a variedad por dónde asomar su vista entre recuerdos.

Un tono de llamada lo hizo parpadear un par de veces hasta reaccionar y tomar su teléfono en la mesa a su lado, ni siquiera se fijó quién era al tener en mente a Ethan o el sheriff como posibles opciones, incluso a Lydia.

—Otro día vivo, es Shade— dijo acompañando sus palabras con un resoplido.

— Mi auto.

Al reconocer esa voz, lo gruñó viendo la hora y saliendo del refugio, dejando la puerta entreabierta — Son las siete. ¿Para qué diablos quieres el auto ahora?

— Necesito buscar a la manada de Satomi, de hecho, quería que vinieras conmigo para ir a buscarlos juntos y advertirles de la lista de muerte ya que su paradero es poco conocido y ya no recuerdo dónde era, fue hace una eternidad la última vez que fui con mi madre.

WILD ONE¹ ─── Teen Wolf ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora