WO | ❝Oh, cariño, yo me vuelvo salvaje cuando estoy contigo.❞
Dónde Naga llega a Beacon Hills junto a la manada de alfas, en busca de un nuevo miembro. Aunque era Deucalion él que lo buscaba, él por su parte, había llegado al pueblo sin mucha...
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— ¿HAN ESCUCHADO DEL NIÑO BESTIA DE ALASKA? — La pregunta de Peter sacó a Cora y Stiles de su discusión. Derek no había aparecido por ningún lado y eso tenía a todos vueltos locos — ¿Eh? Vamos, al menos tú, Stiles, que tienes la cabeza metida todo el tiempo en periódicos e internet, debes saber algo.
Stiles miró a Cora y luego al Hale con duda — Bueno, puede que hayas visto un par de vídeos en YouTube hace unos años, pero vamos, cómo tengo tanto tiempo últimamente con un Darach en serie y una manada de alfas psicópatas, no lo sé.
— ¿Qué demonios tiene que ver esto con Derek? — Cora preguntó confusa.
En la última hora, su tío les había estado contando la trágica historia del primer amor de su hermano, había sido con una compañera suya, llamada Paige Karsikeva. Había tratado de convertirla por medio de una mordida de un alfa, ya que, por ese entonces, hubo un grave conflicto con los Argente, que hizo convocar a las mandas más poderosas de los alrededores.
Ennis la había mordido y Paige había muerto sin más remedio, pues no había soportado el veneno de licántropo en su cuerpo, Derek había terminado matándola por piedad, para que no sufriera más.
— ¿Con Derek? No mucho — admitió —, pero tiene que ver completamente con Deucalion.
— ¿Deucalion? ¿Él líder extremista de los alfa? — interrogó Stiles y Peter asintió desde su lugar en las escaleras.
— Hace años, muchos de los turistas que visitaban Alaska, se veía atraídos a la tundra, especialmente a las cordilleras por un rumor que contaban sus habitantes. Algunos en Juneau lo consideraban una leyenda urbana, pero los inuit sabían que era real.
— ¿El niño bestia? — Stiles arqueó una de sus cejas, ya que no se estaba especificando.
Peter sonrió de medio lado — Los esquimales veían por las noches ojos brillantes entre los árboles, dientes más afilado que cuchillas y una bola de pelos que cada vez se hacía más grande corriendo por ahí en las noches... Aullando. Ellos lo llamaban Amarok.
— ¿Amarok? Eso suena como... No sé, a nombre de demonio o algo por el estilo.
— En su folklore, el Amarok es un lobo demonio — Peter chasqueó su lengua—. Caza y devora a cualquier cazador lo suficientemente estúpido como para cazar de noche. A pesar de que los lobos cazan en manada, Amarok siempre caza solo.
Cora se acercó — Pero, ¿Eso existe?
— No lo sé, pero Amarok era la forma ignorante para no saber reconocer a un lycan — Stiles y Cora mantuvieron el silencio, el humano comenzaba a atar cabos —. El terror reinaba por la noche y por el día, el niño era un alma perdida, vagando por los gélidos bosques entre las aldeas inuits y la propia manada que vivía en las entrañas de las cordilleras, porque no pertenecía a ninguno de los mundos, al menos no por completo.
