28➹señal de los tiempos

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— ¿DÓNDE ESTÁN? — NAGA EXIGIÓ EN PREGUNTA cuando Deaton le abrió a la puerta de su clínica y pasó por la recepción sin ver a nadie, el lycan buscó intranquilo con su vista y olfato, además que el latido de cuatro corazones le dieron la dirección correcta.

Estaban en la sala trasera, el lycan estaba casi por salir corriendo, cuando el druida lo detuvo. Antes tenía que darle una explicación y el recuento de las consecuencias que vendría para su manada y a Beacon Hills.

— Naga, tranquilo. Los dos están bien — Aseguró poniendo las manos en sus hombros para obligarlo a que le mirara, escuchaba su respiración agitada, era evidente que había llegado corriendo, por no decir de la ausencia de ropa que exponía su transformación — Lydia me llamó y con ayuda de los Hale, los trajimos a tiempo.

El lycan ya sabía eso, pero quería verlo — Tengo que verlos yo mismo. Entonces, te diré sí están sanos.

Alan suspiró dándole el paso — Cuando Jennifer les rompió el cuello estando fusionados, les imposibilitó esa habilidad, así como perdieron su estado de alfas para poder sanar y despertar del estado de coma.

— ¿Estado de coma? — Naga se detuvo con una mirada incrédula, analizó las palabras con cuidado y hundió sus cejas, apretando sus labios. El costo por sacar a Deucalion de la manda, había sido más caro de lo que creyó — ¿Has dicho que ya son alfas?

Asintió — Lo usaron para sanar.

— Están vivos... — El lycan soltó vagante hacia la entrada de la sala — Y eso es todo lo que me importa.

Al verlos, una sensación agridulce se encontraba en su cuerpo, pero su mirada reflejaba una melancólica alegría viendo a Ethan y Aiden recostados en la camilla, descansando. Su mirada se detuvo un par de segundos de más en Lydia, que acariciaba el cabello de Aiden con ternura y una sonrisa ladina que no borró cuando se encontró con esos orbes oscuros observándola con una inminente paz cernida en ellos.

Naga hizo un intento de sonrisa, pero quedó más como una mueca. Lydia lo entendió y rio por lo bajo, al menos era un progreso que el pelinegro mostrara expresión, después de la muerte de Kali y la deductiva separación de Deucalion, la banshee hubiera esperado una actitud más fría y distante por su duelo, pero el lycan parecía aliviado en todos los sentidos.

El lycan podía sentir sus hombros libres, sin nada que lo atara. Sus cadenas se habían roto y juró que respirar, jamás se había sentido tan bien.

— Aún sigues vivo.

— Lamento decepcionar tus altos deseos de que esté muerto — Sonrió vacilante, pero Lydia negó con una débil sonrisa.

— Jamás quise que murieras... Con un semestre viendo tú cara de rockero fastidiado, sería difícil perderla de vista — Lydia tomó dudosa su mano al principio, pero al ver que el lycan no la apartaba, mostró más confianza al ampliar su sonrisa — Estoy feliz de que hayas vuelto.

WILD ONE¹ ─── Teen Wolf ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora