04➹la cuartada perfecta

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CORRE POR TU VIDA. LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE SU MADR ERA LO QUE RESONABA una y otra vez en la cabeza de Naga mientras corría por esa tundra abierta, sintiendo como se hundía levemente bajo la nieve, pero no lo suficiente para impedirle correr más rápido que esas moto nieves que iban detrás de él, llenas de cazadores que disparaban al aire, tratando de dar un tiro limpio en su cabeza o al menos en una de sus extremidades para debilitar su paso.

Era invierno. Su estación favorita; Alaska siempre era frío en toda época del año, pero era especialmente en esa temporada cuando todo el paisaje se cubría de nieve tan blanca que reflejaba los rayos solares y por las noches, se reflejaba la aurora boreal, pero ahora ya ni siquiera podía disfrutar de ellas sin tener que estar en lo alto de una copa de pino o escondido en una cueva para evitar ser cazador, pues también era la época preferida de los cazadores de criaturas sobrenaturales para intentar hacerse con la cabeza de un Lycan.

La sub especie de hombre lobo era rara y sólo habitaba en las tundras de todo el mundo, pero lo que les hacía difíciles de cazar, es que no convivían con la civilización, eran casi salvajes.

Aunque era difícil explicarle eso a un niño de ocho años aterrado y que trataba de escabullirse lo más rápido que sus piernas podían avanzar hacia la cordillera de montañas, sabiendo que sería su única posibilidad de sobrevivir. Naga sentía que su corazón iba a explotar por lo agitado que estaba, sentía todo a un nivel exorbitante, el fresco olor a pino y el metálico de la sangre seca que estaba en su hombro después de quitar la flecha que habían disparado con una ballesta.

Cuando un riachuelo se atravesó en su camino, Naga no lo pensó dos veces antes de saltar hacia sus aguas, después de todo, estaban en terreno alto, no era profundo, de hecho, para su altura, sólo llegaba a sus hombros. El agua estaba helada, incluso cuando tenías un sistema regenerativo sobrehumano, no te aseguraba el no morir congelado en esos climas, pero las temperaturas frías era algo con lo que lidiaba cada día desde que nació en esa tierra inhóspita.

Entre su desesperación, Naga cruzó, escuchando aún como las motonieves paraban y los cazadores bajaban para seguirle el paso, él no se detuvo en ningún momento, pero por haber mirado atrás para poder confirmar que lo seguían, sus piernas se cruzaron y tropezó, cayendo al suelo de frente, aunque la nieve amortiguo su caída.

Naga jadeó, escuchándolos más cerca, se puso de pie y volvió a correr, porque por su cabeza jamás pasó la opción de detenerse. Su instinto de supervivencia lo incitaba a no ser una presa, a no morir.

— ¡No huyas, vamos a atraparte de todos modos! — Grito uno de ellos tras disparar, Naga se tiró al suelo y engrandeció sus ojos cuando vio la bala impactando contra el hielo a su lado.

El pelinegro negó aterrado y subió su gorro de piel para volver a correr, preguntándose, ¿Si no veían que él sólo era un niño? ¿O cómo eran tan crueles para perseguirlo con tanto sadismo? Habían seguido su rastro por dos días.

WILD ONE¹ ─── Teen Wolf ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora