WO | ❝Oh, cariño, yo me vuelvo salvaje cuando estoy contigo.❞
Dónde Naga llega a Beacon Hills junto a la manada de alfas, en busca de un nuevo miembro. Aunque era Deucalion él que lo buscaba, él por su parte, había llegado al pueblo sin mucha...
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ERAN LAS SEIS DE LA MAÑANA, se supondría que debería estar durmiendo y dos horas después, preparándose para entregar su reporte sobre proteínas para la profesora Finch, pero en cambio estaba tocando a las primeras horas del amanecer a la puerta del refugio, siendo la cara de Yuma la que lo recibió cuando abrió.
—¿Y los demás? — Naga preguntó al cerrar la puerta mientras veía al adolescente descender por las escaleras y apartar las mantas antes de dejarse caer, el lycan se sentó sobre el brazo del sillón revisando que no había nadie rondado para ver de quién se trataba.
—Durmiendo, el olor de gasolina encima sólo te hace querer dormir para no tenerlo en la nariz.
Naga asintió ladeando sus labios en una mueca de disculpa— Siento no haber venido ante o llamar para ver cómo estaban, pero Pam me dijo que estaban bien.
—¿Hablas de cómo casi nos quemaron vivos? — preguntó con una ironía que se enfermaba con enojo, pero en ningún momento miró al lycan, Yuma sólo observaba sus manos y tallaba sus palmas aun sintiéndolas grasosas—. No fue mucha experiencia porque estábamos prácticamente inconsciente, Derek nos despertó y... ahí lo supimos, así que, de todos modos, sí hubieras estado o no, no importaba.
El pelinegro se enderezó, tratando de mantener esa expresión estoica, pero sus cejas fueron las primeras en caer al sentir ese aire de decepción en el moreno. Era difícil para él explicar cómo se sentía, ya que conocía como funcionaban los lazos de una manada, podías no conocer a la otra persona, pero ese lazo te conectaba de formas como sí los conocieras de toda la vida, te hacían querer protegerlos a cualquier costo, y como un alfa, se intensificaba.
Yuma tampoco era muy abierto con él, siempre encontraba un grado de resistencia.
— Supongo que Dexter les dijo que pasó en Eichen.
Su beta asintió lentamente — Encontraron al Benefactor. Así que... ¿Se acabó?
— No, aún tenemos que bajar la lista de la red, pero Lydia y el sheriff se encargarán de que Meredith confiese, de hecho, tengo que ir con ellos. Aunque primero quería ver que estuvieran a salvo.
— Ellos se durmieron rápido.
—¿Y tú?
— No he podido dormir, supongo que... — miró al techo del refugio —, porque no lo siento como mi hogar. ¿Tú dónde estuviste después de Eichen? Dexter dijo que te fuiste a buscar a Scott.
— McCall y yo tuvimos que lidiar con un asunto pendiente de alfas, por casualidad dimos con la manada de Satomi que estaba por irse del pueblo, pero fueron emboscados.
Eso pareció despertar más a Yuma, ya que se recompuso con los ojos abiertos con preocupación al mirarlo — ¿Brett y Lori?
— Están a salvo, McCall se ha quedado con ellos en la clínica veterinaria, pero los moverán con Argent — Naga escuchó como el ritmo de su corazón volvía a estabilizarse, pero lo vio morder su labio con nerviosismo mientras miraba su teléfono, probablemente debatiéndose en sí debería enviarle un mensaje o no a su amigo —. Puedo llevarte más tarde conmigo sí quieres ir a verlos.
