WO | ❝Oh, cariño, yo me vuelvo salvaje cuando estoy contigo.❞
Dónde Naga llega a Beacon Hills junto a la manada de alfas, en busca de un nuevo miembro. Aunque era Deucalion él que lo buscaba, él por su parte, había llegado al pueblo sin mucha...
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SÍ HABÍA UN ASPECTO EN COMÚN EN LA MANADA - además de que todos eran alfas - ese era el nivel de necedad que todos y cada uno de ellos poseía por igual, o bueno, podía ser que unos más que otros; pero lo cierto es que un vínculo de años no podía romperse por una discusión tan infantil, o al menos eso pensaba Aiden cuando se había ofrecido a ir a avisarle a Naga que la cena estaba por llegar.
El lycan y Deucalion habían llegado hace unas horas del banco abandonado, después de tender su trampa a Derek Hale e ir a dejar a Morrell a su casa. Había estado escuchando de algunas desapariciones locales.
Aiden toco la puerta, haciendo que Naga se sacara los audífonos y lo mirara con una ceja arqueada, interrogante ante su repentina presencia, ya que no habían cruzado palabra desde el desayuno donde le pidió que le pasara la mermelada.
— ¿Qué pasa?
— ¿Puedo pasar?
El lycan lo miró sarcástico — Técnicamente es el cuarto de los tres.
Aiden asintió, pero sólo se recargó en el marco.
— Cierto. Eh... — Aiden se había programado todo un guion de paz con Naga, pero a la hora de la verdad, parecía que se había borrado de su mente. El alfa bajó su cabeza y señaló su mano detrás de su cabeza — La cena ya está en camino. Ennis está poniendo la mesa con Ethan y... Kali me pidió que te avisara.
— Oh — Naga asintió dejando su móvil y sus auriculares del lado al parar la canción de The Lumineers que estaba escuchando antes que Aiden llegara — Dile que ya voy en unos minutos.
— Sí, sí... Se lo diré — Aiden se dio media vuelta, pero apenas avanzó unos tres pasos en el pasillo del penthosue, cuando apretó sus labios y regresó — Naga.
— ¿Qué pasa? — Entrecerró sus ojos, buscando respuesta.
— Yo...
— ¿Tú?
Aiden rio sin gracia, incrédulo de cómo él mismo se complicaba la vida.
— Sólo quería decir que lo siento, ¿Bien? A veces me pongo demasiado estricto con Ethan y supongo que tienes razón, me da miedo que un día encuentre a alguien que lo haga olvidarse de mí por completo... — Hizo una mueca al pasar su mano por su propio brazo — Y es algo que no soportaría, tú mejor que nadie entiendes lo que él significa para mí. Es mi otra mitad en todos los sentidos.
Naga asintió pasando su mano por su nariz y procesando que Aiden se estaba disculpando, no era algo desconcertante, pero tampoco muy común. Solía ser él quien terminaba alzando la bandera blanca de rendición porque no le gustaba estar en conflicto con nadie de su manada, eran las únicas personas con las que hablaba y tenía una relación humana. Eran su ancla.
