09➹la espalda a la muerte

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— ¿QUIÉN TIENE EL CONTROL? — Deucalion cuestionó ante ese claro de luna llena, viendo como los ojos del lycan se encendían en un reluciente dorado — ¡Tienes que controlarte! ¡Lucha contra esos impulsos!

— ¡No puedo! — Naga gruñó rasguñando el suelo y jadeando, pues sentía la necesidad de correr y destrozar todo lo que se le pusiera enfrente —¡No puedo!

Tenía doce y era la primera vez que estaba fuera de Alaska y un clima cálido como el de Florida en luna llena; para colmo era una ciudad, no un bosque o una planicie abierta a donde podía huir sin miedo a dañar a nadie más que un conejo o un reno en el peor de los casos.

—¡Claro que puedes! — El rubio exclamó. Kali y Ennis habían salido con expresas ordenes de no volver esa noche, Deucalion se había convencido que era hora de enseñarle a controlar sus cambios de luna llena, de anclarse y mantener su mente fría. No podía seguir atado a sus instintos salvajes toda la vida — ¡Eres más que esto, eres un lycan, debes controlarte!

— ¡Por eso, me cuesta más trabajo!

Deucalion se retiró sus lentes y se sentó en una de las cajas de la bodega, mirándolo fijamente. Se había sentido fascinado por el muchacho desde que se enteró de su existencia en su viaje a Alaska para hacer que Balto se uniera a su manada, pero luego de ver al pelinegro, y saber la historia del "niño bestia" Quien vivía en lo recóndito de la tundra entre lobos.

— Ni siquiera lo estas intentando — Deucalion negó, obteniendo un gruñido de Naga.

— Controlarlo duele... ¡Duele demasiado! — Dijo abriéndose la playera con sus garras, dejando a Deucalion más a la vista esa transformación, viendo como desde dentro, los órganos se acomodaban y el crujir de esos huesos al romperse o alargarse.

— Tienes que encontrar tú ancla, concéntrate en ella y aférrate.

El lycan jadeó rasguñando su cara, Deucalion intercedió tomando sus garras y despejándolas de su rostro ya sangrante, Naga le gruñó y en respuesta, su alfa le rugió, impresionándolo y provocando que el lycan se apartara, no por miedo, sino por respeto.

— En la vida, debes aprender que sufrirás, pero cuanto, esa es tu decisión — Sentenció sentándose junto al el al ver que ocultaba su rostro entre sus piernas, pero su respiración era rápida y el latir de su corazón, era como si estuviera a punto de explotar — No puedo protegerte toda la vida, Naga y menos de ti mismo. Eso debes aprender a hacerlo tú. Controlarte será fácil si lo intentas de verdad, eres nacido como hombre lobo y eso ya es una ventaja.

—¿Tú naciste con el gen? — Naga preguntó entre dientes sin mirarlo.

— No. Me mordieron, mi vida cambió... Completamente. Tuve que abandonar mi tierra, dejé personas que me importaban y que amaba atrás por lo que me convertí, luego maté a mi alfa, porque vi que ninguno de nosotros le importamos, sólo convertía para que la manada creciera y tuviera más poder — Contó — Yo prometí que sería diferente.

WILD ONE¹ ─── Teen Wolf ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora