Verdades y Realidad

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Narra Seokjin:

No lograba comprender porque me molestaba tanto ver a la pelirroja hablando con Dylan, habíamos pasado los últimos días juntos y era completamente normal que se formara una relación disfuncional entre todos, pero verla sonreír de ese modo con el nuevo licántropo me molestaba. Además, ella debía estar entrenando sus nuevos poderes con Katherine y no perdiendo el tiempo dedicándole risitas a "ese".

Me acerque a ellos con paso firme y aunque trate de parecer casual, mi voz demostró la molestia que sentía en ese momento por ella. Mi intención era simplemente recordarle lo que debía hacer si quería volver a ser alguien funcional, pero lo único que provoque fue que pusiera esa expresión de tristeza en su rostro. La misma expresión que puso esta mañana cuando le pedí que se fuera de mi habitación.

Pero me mantuve serio cuando Dylan quiso excusarla, lo último que mi humor necesitaba era que ese remedo de hombre lobo actuara como si fuera un héroe que nadie pidió.

―Deja de perder el tiempo y busca a Katherine de una vez. ―dije dirigiéndome a la pelirroja, pero sin dejar de ver a Dylan que inteligentemente solo retrocedió un paso.

―No creo que sea necesario que le hables de esa manera. ―la intervención de Genevieve solo fue una gota más en un vaso que estaba a punto de derramarse. ― Tiene toda la eternidad para entrenarse como vampiro, así que un respiro no le afectará. ―

― ¿Por qué no disfrutas de tu reciente libertad, en lugar de meterte en asuntos que no son tuyos? ―tome a la pelirroja del brazo con la intención de llevarla a otro lugar, pero esa vampiresa nos detuvo.

―Si son mis asuntos, porque a partir de hoy seré yo quien le enseñe todo lo necesario para que sea... ¿Cómo fue que lo llamaste? ¿Un vampiro funcional? ―menciono con ironía.

― ¿A caso crees que voy a dejar a Dove en tus manos? ―dije con un tono cada vez más molesto.

―No veo porque no, soy perfectamente capaz de enseñarle, incluso mejor que Kathy. ―su voz me desafiaba.

― ¿Enseñarle a qué? ¿A ser una asesina igual a ti y a tu madre? ―note como la seguridad de Genevieve se desvanecía ante mi comentario, así que continúe... ―Lo último que quiero es que Dove sea una escoria igual que ustedes. ―

―Qué bueno que esa no es tu decisión, sino la de ella. ―la vampiresa se acercó a Dove y la miro. ―Kathy debe cuidar de Sophie ahora y también asegurarse de que tu hermana se recupere de lo que paso anoche. ―dijo con lo que estaba seguro, era falsa empatía. ―Después de todo lo que pasaste por causa de mi madre, lo único que puedo hacer es enseñarte todo lo que se. ―

―Ella no necesita de... ―

― ¡Si! Quiero que tú me entrenes. ―la interrupción de la pelirroja me hizo soltarla. ―No deseo molestar a la señora Von Kleist, especialmente ahora que es la única que puede cuidar de Sophie y Steffanie. ―

La sonrisa victoriosa de Genevieve hizo que mi nivel de furia llegara casi al límite. ¿Acaso la pelirroja no recordaba todo lo que le hizo la madre de ese engendro? ¿De verdad dejaría que ella fuera quien le enseñara? Genevieve Von Kleist era todo menos funcional, la mayor parte de su vida la vivió siendo controlada por una asesina.

―En ese caso, entrenaremos más tarde, si es que tu perro guardián no tiene nada más que decirme. ―

― ¿Ahora tendremos que adaptarnos a tu horario? ―dije conteniendo las ganas de estrangularla.

― ¿Por qué hablas en plural? Voy a entrenarla a ella, no a ti. ―

―No voy a dejarte a solas con ella, engendro del diablo. ―la vampiresa soltó una risita. ― ¿Qué es gracioso? ―

Por Siempre, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora