Por Siempre, Amor

Tiempo y Bourbon

Narra Damon:

Es curioso como el destino mueve las piezas de modo que todo se convierte en una especie de ciclo cósmico. Un claro ejemplo de eso son Evie y Nick. Y eso me hace pensar en los últimos acontecimientos, porque es como si nuestras vidas estuvieran siendo controladas por una sola persona con demasiado tiempo libre.

Lo que paso con esos cazadores no fue una casualidad y no solo me refiero a la forma en la que manipularon la mente de una niñata estúpida para tendernos una trampa, sino también a la llegada de Rossana.

Debo aceptar que saber que esa chica era mi pariente me tomo por sorpresa, aunque, pensando todo con ayuda de una botella de bourbon, no me molestaba por completo la idea de tener familia.

Antes de que Evie y Lestat me reclutaran hace más de trescientos años, yo me había mudado de Italia a Paris con la única intención de empezar de cero en otro lugar. Mi padre había muerto y sus riquezas eran administradas por mi perfecto hermano mayor, por lo que me presencia en el país de la pasta no era necesaria, así que solo tomé mi parte de la herencia y me fui.

Tenía solo catorce años, así que, sobrevivir en la ciudad de las luces no había sido fácil, pero mis múltiples talentos y capacidades me permitieron pagar una posada y alimento. Trabaje en diferentes lugares durante meses para poder mantener ese estilo de vida, hasta que Michael Le Tellier, por mandato del Louis XIV, comenzó a reclutar hombres para hacerlos parte del conocido "Armée Royale Française".

A través de mi desempeño, demostré que no importaba mi nacionalidad para ser uno de los mejores dentro del ejército parisino, conseguí un rango alto y para cuando cumplí los 24 años ya había amasado una pequeña fortuna y me codeaba con aristócratas.

Fue por eso que pude estar presente en una fiesta en honor al "Rey Sol" donde conocí a la que, hasta hoy, consideraba mi única familia.

Nunca, en mis trecientos setenta y tantos años de vida me había puesto a pensar en la remota posibilidad de volver a encontrarme a alguien que llevara mi ADN. Jamás me paso por la cabeza, la idea de que mi hermano formaría a una familia, tendría descendencia y que, por azares del destino, esa descendencia terminaría con una joven que solo estaba buscando un novio por internet.

Rossana Torricelli era algo así como mi sobrina y ahora mismo estaba en el primer piso del castillo, convirtiéndose en un vampiro.

―Vaya broma. ―di un trago directo de mi botella de bourbon y miré al techo.

«¿Quién era la psicópata que escribía las historias de todos lo que estábamos bajo ese mismo techo que estaba observando?»

― ¿Te pusiste a contar los ladrillos o qué? ―Genevieve entro a mi habitación de repente, se le veía más animada, más tranquila y con mayor vitalidad que hace unas horas.

―Sí, eso me da una idea de cuantos voy a necesitar para darte en la cabeza la próxima vez que se te ocurra ir a pelear con cazadores sin haberte alimentado. ―

―Oh vamos, ya deja el tema, ya me alimenté y estoy como nueva... ―dijo mi amiga con una sonrisa para luego quitarme la botella y beber de ella.

―Aja, pero eso no borra los gritos de tu padre y la manera en la que ese perro me habló cuando estábamos en Sânpetru, Bananin estaba realmente molesto, ¿sabías? ―

―Gracias por recordármelo. ―Evie se mordió el labio y sonrió. ―Solo pude escuchar su voz molesta, pero eso me basta para que mi imaginación trabaje. ―

―Que desagradable es tu imaginación. ―le quite el bourbon y me aleje con él. ―Aunque me alegra saber que estas de buen humor. ―

―Me sorprende que tú no lo estés... Por fin fuiste escuchado por Zeus y te libraste de un estorbo. ―