Focus On...

84 21 6
                                    

Narra Evie:

Cerré los ojos y me dejé llevar una vez más por todo el placer que Jungkook estaba proporcionándome, no podía recordar cuando fue la última vez que había disfrutado tanto del sexo, tal vez fue antes de mi estadía en el inframundo. Realmente no lo sabía y no me importaba saberlo.

Ahora mismo solo estaba concentrada en el hombre sobre mí, que llenaba mi interior con su orgasmo.

Jungkook gruño con fuerza y fue ese sonido el que me hizo abrir los ojos y disfrutar de la vista que me ofrecía. El sabueso hecho la cabeza para atrás, permitiéndome observar como las venas de su cuello se marcaban por el esfuerzo y provocándome deseos de beber su sangre una vez más.

Mis colmillos surgieron de mis encías sin que yo pudiera controlarlos y justo en ese momento, la mirada de JK examino mi rostro; me sorprendió que no se alarmara por mi rostro de depredador y que en su lugar solo me dedicara una sonrisa dulce.

― ¿Tienes hambre, Evie? ―preguntó acariciando mi rostro, aun con la voz entrecortada por la agitación de todo el ejercicio que habíamos hecho.

―Solo de ti. ―respondí tomándolo de la nunca y acercándolo a mí para besarlo.

Sin darle importancia alguna a mis colmillos, el joven y apuesto sabueso me correspondió el beso con una pasión inmensurable.

Aunque la necesidad de descansar por lo menos por unos minutos hizo que se separará de mí y luego se recostara a mi lado, sobre nuestro lecho improvisado, nos cubrió a ambos con la vieja manta, me abrazo y yo aproveche esto para recostarme sobre su bien formado pecho, en el punto exacto en el que podía escuchar los latidos de su corazón.

―Creo que ya dejó de llover. ―mencionó él mientras acariciaba mi espalda.

― ¿Ya quieres que nos vayamos de aquí? ―le di un besito en su pecho y lo mire.

―No, aun no. ―con su mano libre levantó mi rostro y volvió a besarme en la boca.

Me enderece un poco para facilitarnos a ambos las cosas y cuando interrumpimos el beso para tomar un poco de aire, sus enormes ojos me sonrieron antes de que sus labios lo hicieran, provocando en mi un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo y se instaló en mi pecho.

―Ahora si puedo tomarme mi tiempo para examinar todos tus tatuajes. ―dibuje con la punta de mi dedo índice lo que parecían ser antiguas runas que adornaban la mitad de su pecho, subían por su hombro y seguían hacia su espalda. Su piel se erizo bajo mi tacto. ― ¿Tienen algún significado? ¿O los hiciste solo porque te gustaron? ―

―Cada uno tiene un significado para mí. ―paso un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y continuó. ―Ese que tocas en realidad es una marca de nacimiento. ―

― ¿En serio? ―lo mire con asombro.

―Sí, son runas antiguas que por naturaleza solo son visibles durante las noches de luna llena, pero yo decidí tatuarlas con tinta para que sean visibles siempre. ―

― ¿Seokjin también las tiene? ¿Qué significan? ―mi curiosidad era casi tangible y seguramente él pudo notarlo en mis ojos.

―Drittesta los tiene, pero en su caso solo se ve en luna llena... y básicamente cuentan mi historia como Cerbero, o, mejor dicho, como un sabueso del inframundo y guardián de las almas. ―

―Decir Cerbero es un buen resumen para todo eso. ―

―Puede ser, pero como te dije alguna vez, tengo diferentes nombres, por ejemplo, soy Anubis para los egipcios. ―

―Es cierto, pero Anubis es más aterrador. ―

― ¿Insinúas que no soy aterrador? Porque te puedo dar mucho miedo. ―me tomó de la cintura y me colocó por completo sobre él, haciéndome soltar una risita.

Por Siempre, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora