Por poco...

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Narra Evie:

―Tu y yo tenemos que hablar, Genevieve. ―

Temblé ante la mirada severa de mi padre. Lestat Von Kleist tenía los ojos oscurecidos, el ceño fruncido y la mandíbula tensa, esa expresión la utilizaba con sus enemigos o cuando en verdad estaba molesto conmigo.

Me agarre las solapas del albornoz y le dedique una sonrisa de lo más inocente.

―Hola Papá. ―

―Ve a bañarte y a quitarte el olor a... ―se detuvo a sí mismo y note como mantenía sus colmillos dentro de sus encías. ―Te esperare en la entrada, iremos a dar un paseo. ―al salir de mi habitación azoto la puerta tan fuerte que me hizo dar un brinquito de sorpresa.

―Supongo que llegar a los quinientos veintisiete es un buen número de años para morir. ―

Me aliste lo más rápido que pude, lo último que debía hacer era que mi padre me esperara mucho tiempo, en especial porque Jungkook y Nicholas estaban por ahí en el castillo sin saber de la furia de ese vampiro sobreprotector.

Aunque no estaba segura de lo que causaba su molestia, sospechaba que esos dos hombres tenían mucho que ver.

Fui hasta donde me esperaba mi padre, que, apenas me vio, tomó uno de sus bastones de caoba y salió del castillo, al mismo tiempo, Katherine salió del comedor y me miró con una expresión de agobio.

―Buena suerte, cariño. ―dijo.

― ¿Por qué esta tan enojado? ―le pregunté.

―Tu sabes la razón. ―

―Estoy muerta, ¿verdad? ―

― ¡GENEVIEVE! ―El grito de Lestat retumbo en mis oídos y en los del resto de los huéspedes de la fortaleza, porque Nick llego corriendo por las escaleras.

― ¿Qué ocurre? ¿Está todo bien? ―el humano de ojos avellana me miro preocupado.

―Si querido, descuida. ―Kathy se acercó a él y lo tomo del brazo. ―Evie dará un paseo con su padre... vamos al comedor, el desayuno ya está listo. ―

No dije nada, simplemente salí del castillo y me acerqué a mi padre, que comenzó a caminar a paso presuroso hacia el bosque.

―Una preguntita... ―dije caminando detrás de él. ― ¿Nos estamos alejando para hablar lejos de los oídos chismosos? O... ¿Quieres asesinarme donde nadie nos vea? ―se giró para verme y al hacerlo solo pude notar como contenía la rabia. ―Solo es para prepararme mentalmente, no es novedad que uno de mis padres quiera matarme. ―

―Deja de hacer tus comentarios de mal gusto, Genevieve. ―

―Entonces dime de una vez porque estas tan enojado conmigo. ―

Siguió caminando hasta que llegamos a los límites de su territorio dentro del bosque, estábamos lo suficientemente lejos del castillo y del pueblo, era un punto aislado donde mi padre podría gritarme a su antojo, o bien, arrancarme la cabeza.

―Quiero saber... ―se quedó en silencio unos segundos sin dejar de mirarme con severidad y continuo. ― ¿A qué estás jugando? ―

―No entiendo tu pregunta. ―

―Genevieve. ―gruño. ― ¿De día estarás con Nicholas y de noche con Veltesta? ―

― ¡Papá! ―

―Contesta. ―

―No tienes derecho a meterte en mi vida personal, lo que yo haga no debería ser punto de discusión contigo. ―

Por Siempre, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora