Tres Aristas

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Narra Jungkook:

Acompañe a Evie hasta su habitación para que pudiera descansar y en el camino seguimos hablando sobre todas esas dudas que nos surgían, era muy curioso que mi sangre le resultara revitalizante y no venenosa, no sabía a qué podría deberse, pero aun así debía aceptar que me gustaba que lo fuera.

Me gustaba su compañía, es una mujer inteligente y divertida, además disfrutaba verla entrenar con Dove, por alguna razón me sentía conectada a ella, casi podía asegurar que fue por eso que tuve el impulso de ir a la biblioteca, ya que mi sensación de angustia desapareció cuando estuve frente a ella.

Genevieve Von Kleist tenía algo especial y no me importaba si es la hija de la mujer que asesinó a mi hermano, había algo en ella que me provocaba querer tenerla cerca todo el tiempo.

―Ve a descansar, Evie. ―dije cuando llegamos a la puerta de su cuarto.

―Si es que se puede. ―respondió con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

― ¿A qué te refieres? ―

―No, a nada importante... descansa tú también, Jungkook. ―me dio la espalda para entrar a sus aposentos, pero la detuve tocando su hombro.

―Sabes que, si quieres hablar de algo, soy todo oídos, ¿no? Si algo te está molestando, puedes decirme. ―al tener contacto físico con ella pude sentir preocupación e incluso algo de miedo.

―Lo tendré en cuenta si algo llegase a molestarme. ―me dedicó una sonrisa, como si tratara de ocultar algo que yo ya había descubierto, pero no podía forzarla a hablar, así que me limite a corresponder la sonrisa y despedirme.

Me fui a mi habitación con una sensación de intranquilidad, Evie estaba ocultando sus sentimientos, pero, ¿Por qué? Bueno, puede ser que no me tenga la suficiente confianza para contarme, después de todo, era prácticamente un desconocido para ella. Tal vez debía decirle a Sophie o Damon lo que sentí en su alma, ellos eran sus mejores amigos y sin duda podrían ayudarla.

Desvié mi camino y fui directamente al cuarto de Sophie; después de tocar la puerta y que Joe me abriera, me percaté de que Damon estaba con ellos, así que era el momento ideal para hablar con ambos.

― ¿Qué pasa Bananin? ―dijo el vampiro con su usual tono de burla.

―Solo pasaba por aquí... ¿Ya te recuperaste de la paliza que te dio Dove? ―justo como esperaba, Damon borro la sonrisa de su rostro. ―Es broma, sabemos que te tomo desprevenido. ―

― ¿Dove te dio una paliza? ¿Por qué nadie me lo conto? ―la rubia se burló del vampiro, lo que hizo que Joe también se uniera a las risas.

―Esa novata se siente muy segura porque tiene la protección de firulais y ahora también la de Evie, pero no le conviene provocarme. ―el vampiro bebió todo el contenido del vaso que tenía en la mano con una expresión de disgusto en su rostro.

―Quizá no deberías confiarte, puedes tener más experiencia que ella, pero escuche que Genevieve la está entrenando bien. ―mencionó Joe.

―Así es. ―afirme.

―Bueno, ¿viniste solo a molestarme, perrito? ―Damon apretó la mandíbula.

―En realidad venía a hablar con ustedes dos, además de que quería saber cómo se siente Sophie, obviamente. ―

― ¿Con nosotros? ¿Sobre qué? ―la bruja me miro con curiosidad.

―Sobre... ―me detuve a mí mismo al recordar que Joseph también se encontraba en la habitación, no tenía problemas con que él estuviera presente, pero era el hermano de Nicholas y me preocupaba que el malestar de Evie estuviera relacionado con él. ― ... Es sobre Evie, pero quisiera hacerlo solo contigo y Damon, si no es inconveniente. ―

Por Siempre, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora