Mi Preciado Amor

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Narra Nick:

Esta sin duda fue una cena de lo más rara e incómoda, más de lo que ya venía acostumbrándose, empezando por el hecho de que Evie no permitía que me acercara a ella, cosa que entendía perfectamente.

Una vez más me deje engañar por Akasha y todo porque mi necesidad de estar con el amor de mi vida me cegaba en los peores momentos, convirtiéndome en alguien vulnerable ante esa mujer que solo buscaba cualquier forma de engatusarme.

Pero más allá de eso, a Genevieve le molestaba otra cosa, la presencia de las chicas francesas no le gustaba, para ser más exacta, a mi hermosa vampiresa no le agradaba para nada, la idea de que Angelique Dubois se quedará más tiempo en el castillo. No conocía nada sobre su rivalidad ya que, desafortunadamente, ocurrió en el periodo en el que yo estaba muerto, pero por lo que puedo notar, ninguna de las dos se soportaba.

Al menos la pelinegra se mantenía tranquila al lado de JK, con el que parecía, tenía una relación de tiempo. Así que mientras ella no provocara a Evie de alguna forma, podríamos convivir en santa paz hasta que se fueran.

Sin embargo, lo más extraño de la cena ocurrió con otra de "las parejas", Jin y Dove, ya que, al parecer, el sabueso de ceño fruncido también tiene un pasado con una de las francesas y eso provocó celos en la joven escocesa.

La combinación de una emoción como los celos y un vampiro recién creado no daba buenos resultados, especialmente cuando se trata de alguien tan voluble como lo es Dove, su falta de madurez y el no poder controlarse puede ser muy peligroso para quienes la rodean.

―Lestat, Katherine... ―el señor Dubois se levantó sin ganas y miro a los vampiros anfitriones. ―Les agradezco su apoyo en un momento como este. ―se aclaró la garganta. ―Mis hijas y yo nos iremos en la brevedad posible. ―

―Kylian querido, no tienes que pensar en eso por ahora. ―Kathy se levantó y se acercó a él. ―Vamos a que descanses, te preparare una infusión para que puedas conciliar. ―

― ¡Señor Dubois! ―la voz de Evie llamo al hombre y la atención de todos, Sophie, que estaba a su lado, le toco el hombro y ambas mujeres se miraron. ―Mmmm... Lamento mucho que mi madre haya sido la causante de su perdida. ―

―Agradezco tu condolencia, Genevieve. ―dijo el francés.

―Aunque sea una mentira. ―añadió la pelinegra, ganándose una mirada de desprecio por parte de mi Evie.

―Es mejor que todos vayamos a descansar. ―sugirió Katherine.

― ¿Lestat? Quisiera hablar contigo un momento. ―el hombre que fue mi suegro me miro con incredulidad y yo solo atine a sonreír. ―Por favor. ―

―Vamos a mi biblioteca. ―el antiguo vampiro fue el primero en salir, y le siguieron Katherine acompañado del francés.

― ¿Qué tienes que hablar con él, Nick? ―pregunto mi hermano.

―Algo sobre un asunto que tengo pendiente. ―dirigí mi mirada hacia la mujer dueña de mi corazón y la descubrí mirándome. ―Tengo que arreglar muchas cosas, Joe. ―le dedique una sonrisa a Evie y sin apartar mis ojos de ella, agregue. ―Quiero recuperar a "Mein schöner schatz". ―

Sus ojos dorados brillaron al escucharme decir esas tres palabras, incluso yo sentí un fuerte escalofrío al mencionarlas después de cientos años. Volver a referirme a Evie como "mi preciado amor" en la lengua materna de mi primera vida fue casi como regresar a la primera vez que la llame así.

― ¿Desde cuando hablas alemán? ―pregunto JK con un tono de voz un tanto impetuoso.

―Meh... ―me encogí de hombros. ―Supongo que lo que bien se aprende, jamás se olvida, así uno se muera. ―volví a mirar a Evie, pero esta vez, me di cuenta como Damon le susurraba algo al oído y ella se tensaba un poco. ―Permiso, que pasen buena noche. ―

Por Siempre, AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora