Los secretos del Padre son muchos y durante siglos el mejor guardado ha sido la verdad detrás del surgimiento del Ragnarök.
Nada puede ser sepultado y escondido eternamente, tarde o temprano el despertar comenzará definiendo el destino de los dioses...
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Loki
Durante horas e intentado no caer en su juego mudandome de lugar en la biblioteca pero continúa clamando mi nombre de aquí para allá con su absurdo cantó.
—¿Qué es lo que tanto deseas Thor? Para incomodar mi precioso tiempo de lectura con esa canción infantil.
—Sabia que era lo único capaz de sacarte de tu escondite "Ratoncito". Es sin duda molesto.
—Dime que tanto quieres Thor así podré verme libre de tí y continuar con mi grata lectura.
Se mueve por la sala admirando con rechazo la infinita colección de libros que caracteriza a nuestro reino.
—¡Hermano por favor! Deja este empolvado lugar ven conmigo al campo de entrenamiento nos divertiremos, seré tú cómplice está vez te ayudaré a crear una buena broma para mis amigos será nuestro secreto.
—No, gracias.
Vuelco la atención de regreso a mi libro oyendo otra vez su queja insaciable queriendo hacerme cambiar de parecer; conozco al selecto grupo que suele acompañarlo y ninguno de ellos es de mi agrado.
—Vamos Loki, Lady Sif estará allí. Recuerdo la pequeña broma echa hace poco tiempo atrás, sin duda la molestó.
—Acaso no recuerdas ¿Cómo terminó eso? No soy de su agrado ahora, asique lo mejor será permanecer aquí disfrutando la compañía de este buen libro, ahora sí puedes retirarte me harías un favor enorme.
—Anda ella ya te perdón, luego de ese golpe inolvidable justo en tu virilidad, dejarte prácticamente estéril fue su mejor pagó.
—Debias recordarmelo. Sin duda a acabado con toda mi paciencia para continuar con mi agradable momento. Cierro el libro cediendo a su insistencia constante.
—Tú ganas hermano, iré contigo al campo.
—No vale poner detrás de mí una de tus ilusiones oíste.
—¿Me crees capaz?
—Debo contestar. No lo juzgo ya que tiene razón desde el día que aprendí aquel hechizo no e dudado en ponerlo en práctica cada vez que puedo librandome de seguir a Thor en sus absurdo planes. Jamás halló un sentido claro a sus propuestas hasta una cabra podría ser más lúcida que mi tonto hermano pero no puedo abandonarlo aún cuando desee con mi alma hacerlo.
—Vamonos ya, después no divertiremos un poco en la ciudad tomaremos unas cervezas sin que el ojo de nuestro padre nos encuentre.
