Impuros

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Loki

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Loki

Había pasado bastante tiempo desde nuestra última discusión y apesar de no estar convencido con sus convicciones, la acompañó en la hora de estudió y le devuelvo los libros que tanto me había exigido, era meticulosa, detallista, tomando nota ante cada posibilidad, discutía segura solemne aún cuando intentará desprestigiar su hipótesis. Creí que ya no podria sentirme más cautivado pero verla sentada en su lugar de la biblioteca con ese aire de plena concentración, los ojos azules clavados en el papel deseando hallar una luz en medio de la oscuridad mientras mordía su labio inferior sólo hacia de mi mente una explosión.

Era difícil el tiempo con ella sin siquiera poder ocultar mis indecentes pensamientos, pero aún así había logrado camuflarme de su don lo suficiente para no causar ningún revuelo. Ya no sólo éramos maestro y alumna, hermano y hermana sino compañeros de lectura, magia e incluso de travesuras, era buena y bondadosa pero le apasionaba meterse en líos causando escándalo y revuelo por el palacio, era mi mejor aliada en lo que llevo de vida no le importaba ensuciarse las manos mientras la broma sea escandalosa o ruidosa lo único que no aceptaba era poner en peligro a un habitante del palacio.

Bombas apestosas, liberar zorrillos del bosque en los corredores o ensuciar el palacio enteró dejando entrar de noche a las ovejas de la ciudad, no eran de mi claro gusto habitual pero encontraba sana diversión en ellas sobre todo al estar a su lado.

Thor se había vuelto más exasperante el último tiempo imaginando aquella cercanía perjudicial para mí como para Eeva, intentando colarse siempre en todo. Su calidez le impedía señalar el fastidio con sus preguntas a la hora de estudio o clases de magía pero lo hacía entrometiendo su nariz en asuntos fuera de su comprensión, aún así ella intentaba lo que sus tutores en años no pudieron hablándole sobre hechizos, diversos tipos de magias y posibilidades de conjuración; jamás le entendía aún cuando le asegurará que sí, su pequeño cerebro solo entendía sobre la guerra, armas y enemigos.

Agradezco a los dioses poder verlo salir de aquí de una buena vez, el aire se siente mucho más ligero y la torpeza ya no parece ser un virus a punto de atacar. Respiró hondo moviendome por la biblioteca contemplando agradecido el espacio extra que a dejado su ausencia.

—¿Por qué te incómoda tanto?

—Porque es insoportable, sólo quiere llamar la atención jamás lo e visto terminar un libro. Se sienta sobre el escritorio riéndose con gusto diciendo convencida.

—Curioso yo no te e visto contento más de dos minutos, será cosa de hermanos ¿No te parece?—Inclina la cabeza observandome con jubiló.

—Tal vez tengas razón corderito, sería más cuestionable ¿Qué no hemos visto de tí?

—Esa es una gran pregunta, pero aún sin respuesta, deberías dejar de tratarlo mal.

EevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora