Jotun

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Eeva

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Eeva

Tras un largo día las damas de Madre se encargan personalmente de mí preparando incluso mi baño con esencias y pétalos de flores, los suaves masajes en mi espalda son exquisitos podría quedarme dormida aquí mismo, pero no, me obligan a salir de la piscina colocandome el vestido sobrio que las costureras y madre confeccionaron a escondidas, pero no me quejo es muy lindo ajustado en la parte de arriba y suelto desde las caderas parece simple, discreto, desapercibido pero al ver el reflejo desde el espejo mi cara se torna roja, simplemente un tirante lo sostenía desde el hombro hasta la cintura, intento que el peinado me cubra un poco pero apenas lo disimula. 

Las caravanas resuenan y puedo oír sus voces entrando por las puertas principales, había tanto movimiento por los corredores que parecía ser el fin del mundo pero no, sólo terminaban las amplias decoraciones que la reina efectuaba con una sonrisa en el rostro.

Bajo con cuidado para no pisar ningún dobladillo saludando a cada conocido que veo, los enviados de Muspellheim me ven y reconozco a la mayoría saltando sobre ellos como una lunática, Naven me toma en su mano admirandome igual que hace años como si fuera una muñeca.

Debe dejarlos ir y finalmente cuando todos están dentro es tiempo de hace mi entrar "triunfal", las puertas se abren dejándome ver del otro lado la enorme cantidad de invitados, quisiera desaparecer hacerme minúscula como las hormigas.

Paso ocultando todos mis miedos, me los trago uno por uno llegando hasta el trono real, viendo a la familia reunida soy la única que faltaba asique puede abrirse las celebraciones.

Música, bailé, magos, ilusionistas, e incluso esos extraños hombres que ví en uno de mis viajes un lanzafuego, es sorprendente ver cómo la llama escapa de su garganta igual a un dragón colosal, visitantes pasan a saludarnos y algunos jóvenes guerreros me invitan a bailar, pintandome de rojo; puedo percibir esa pesada mirada en la espalda perforando, logró escuchar sus pensamientos enfurecidos queriendo calcinar a uno y al otro en aceite hirviendo y...¡Loki eso es aberrante hasta para ti! 

Les agradezco su invitación pero no acepto, quedándome en mi lugar oyendo su satisfacción plena al verlos alejarse, me doy vuelta clavándole la vista encima pero ni siquiera le importa mi furia. Sólo sonríe victoreoso la retirada de esos pobres muchachos. Me niego a verlo celebrar esos absurdos tontos desquitandome de alguna forma.

—Thor ¿Quieres bailar conmigo?

—¿En serio? Rechazas pretendientes para bailar con tu pequeño hermano.

—Te lo debo ¿Quieres o no?—Su sonrisa se dibuja de costado acercándose a mí, tomandome la mano para llevarme hasta el centro del salón. Regreso mi vista hacia atrás saboreando mi dulce venganza al verlo completamente encolerado.

EevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora