Odió

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Loki

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Loki


El azul de su mirada se desvanece en un frágil instante robándole la luz; cae y apenas alcanzó a sostenerla percibiendo entre mis dedos su calidez esfumarse, notando sobre sus hombros desnudos la sombra negra arraigandose a su pecho.

-Eeva.

No importa cuánto intente despertarla, ni el fuego en mi voz pidiéndole regresar, ella no tiene reacción alguna.

Los gritos histéricos me roban la mirada dirigiendo mi atención hacia los corredores, viendo a las personas correr muertas de  pánico, mientras el cielo del jardín se cubre con aquellas sombras familiares, eran las mismas que tomaron el cuerpo del Lindworm hace algún tiempo atrás.

Los hechiceros no tardan en responder contra restando su poder, pero mi preocupación no radica en ellos sino aquí, entre mis manos. La garganta se me seca clamandole pero nada alcanza, mis intentos por devolverla a la realidad no funcionan, se ha marchado a un lugar dónde no puedo alcanzarla.

La galería se llena con los gritos de Madre y Thor quiénes logran encontrarnos viendo este momento indeseado por mil vidas, buscando igual que yo la manera de hacerla reaccionar pero ni las manos compasivas de nuestra Madre son capaces de ayudarla ahora.

Aún entre el alboroto mis pensamientos quedan nulos ante el mundo alrededor, no soy capaz de concebir la imagen que mis propios ojos ven; llevó su cuerpo serenó y ligero dormido como Padre lo ordena a su recámara real.

Apoyo su cabeza contra las almohadas sin comprender aún claramente que fue lo que ocurrió, sólo había sido un instante y ya no estaba aquí. Los tirones de Thor me enfurecen pero no sé trata de una cuestión suya, sino de los hechiceros y sabios de confianza que Odín posee pidiéndole retirarnos, dejándome verla por última vez a la distancia mientras forman el escudo dorado a su alrededor quedando a puertas cerradas.

Rememoró con detenimiento cada instante apuntalando cada detalle cuando los brazos de mi hermano me toman de los hombros clavando su atención infinita sobre mí, cuestionandome con odió e impotencia.

-¿Qué pasó? ¡Dímelo Loki! ¡Algo tuvo que ocurrir!

-¡Quítame tus asquerosas manos de encima!-Me apartó de él, descargando mi cólera contra la pared.

-Yo no fui quien le hizo dañó si esa es tú pregunta, ella vino a buscarme, hablamos y repentinamente se desmoronó frente a mis ojos.

-¿Estás seguro? Es preferible que me digas la verdad a mí, antes que padre lo descubra.

La furia me colapsa y las preguntas tontas de mi hermano no sirven ante un momento como este.

EevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora