Adiós

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Eeva

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Eeva

El pensamiento regresa tan fuerte que abruma, tocó mis labios sintiéndo ese ardor otra vez, no fue un beso promiscuo de niños, eran de otra clase, más avasallante, poderoso y debilitante consumía mi fuerza doblando mi voluntad a la suya tanto que casi pierdo la cabeza. 

Recuerdo su mano debajo de mi falda sintiendo mi cuerpo contraerse instintivamente, la cara me arde, había ido demasiado lejos volando muy cerca del sol sin calcular las consecuencias, Loki me volvía estúpida, caía en la trampa una y otra vez sin poder reaccionar ante lo que sucedía, mi cuerpo se tensaba confunso bajó sus manos, era peligroso no sólo para él sino también para mí, aunque no lo supiera. 

—Eeva. Limpio mi cabeza de aquellos pensamientos viendo a Sigrid delante mío con cara de pocos amigos.

—Hola. Tuerce las cejas clavando los brazos a ambos lados de su cintura.

—¿Se puede saber dónde estabas? La fiesta terminó hace horas, creímos que algo te hubiera pasado con esos moustruo.

—Estoy bien, lo siento sólo ocurrieron muchas cosas sinceramente este día no era como lo planee. 

— Dirás "el día de ayer" ya amaneció si miras por el este. Veo por la ventana el claro de luz alumbrar en el horizonte, había pasado mucho tiempo acompañando a Loki sin darme cuenta, aprovecho el momento que me quedé dormida para desaparecerse, insolente eso no se hace...pero tampoco lo culpó, debo entenderlo tiene mucho en que pensar. 

—Es cierto, el tiempo vuela ¿Verdad?

—Eeva no te hagas tonta conmigo ¿Dónde estabas? Se puede saber. Me acerco a ella sin razonar bien que respuesta darle, no quería confensar el secreto de Loki, era muy personal, reciente no lo expondría así al mundo, si era su voluntad se sabría la verdad a su propio tiempo.

—Sigrid sabes que te adoro con el alma, jamás haría algo para ofenderte, pero de verdad no puedo decírtelo solo te garantizo que tengo el aval de Madre, ella sabe todo, no hice nada malo estuve en el lugar que debía lo juró. Respira hondo, aceptando mis palabras sin cuestionarme al saber que tenía el resguardo de mi Madre, así era, ella misma me insistió en ir a buscarlo no dejarlo sólo en un momento como ese, aún si no me hubiera pedido lo hubiera ido detrás de él igual. 

Voy a mi habitación quitándome el vestido blanco me desarmó lo que queda de mí peinado antes de caer sobre la cama, el sueño se apodera de mi última neurona pero mi atención se fija en el anillo de esmeralda decorando mi mano izquierda, era exuberante, delicado, notable con aquellos simples detalles pero capaz de distinguirlo de cualquier otra creación artesanal, sin duda había sido elegido por él desde principio a fín, jamás hubiera escogido una pieza tan llamativa y delicada no era para mí, debía ser portado por una Reina como madre, alguien realmente "importante".

Me acomodo entre las almohadas pensando vagamente de vuelta en él, por mucho que quisiera olvidar, quitarlo de mi camino todo me devolvía a Loki una vez más, no sólo sus besos pasionales y el enorme torbellino que causaban en mi interior ahora sólo quería saber dónde había ido, si estaría bien o metiéndose en algún problema nuevo, lo negó durante toda la noche pero podía sentir aquella energía cargada de emociones rondando a su alrededor, sostenía mi mano y sonreía pero aún así la sombra se dibujaba en su mirada, era valiente, orgulloso y altivo más que cualquier otro ser que hubiera conocido pero la noticia fue sorpresiva, confusa, lo había afectado aún cuando no lo expresará por eso sentía miedo la locura que pudiera cometer estando solo.

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