Canter

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Odín

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Odín

 El universo es un gran misterio, ni el guerrero más fuerte o el hechicero más sabio podría conocer la basta complejidad que presenta, pues en todo lo que habita existe un lazo invisible conectando cada elemento.

Hace muchos siglos atrás al otro lado del firmamento emergió de la oscuridad más profunda un ser jamás antes visto, poseía una apariencia mortal pero con el apetito incontrolable de muerte y caos.
Los primeros valientes se enfrentaron a él sufriendo la desdicha de probar su toque de magia oscura.
Avanzó por el cosmo consumiendo cada planeta a su disposición hasta que sólo nosotros los sobrevivientes de los nueve mundos más distantes logramos unirnos como una sola fuerza capaz de avanzar contra Canter.
Cada pueblo ofreció su ayuda forjando juntos una espada celestial capaz de detenerlo; el rey de Jotunheim y yo fuimos los únicos capaces de acercarnos lo suficiente para ejecutar el golpe mortal en las tierras altas de Alfheim. 

Pero ello no detuvo su maldición aún cuando la tierra se pintara con su propio sangre. Canter no uso una palabra para gritar o protestar pues entendía bien que su tiempo había llegado al fin, utilizando lo que quedaba de él en algo mejor.

—La noche llegará, no pueden detener el peso del cielo sobre sus hombros, el hambre de las sombras es incontrolable y ustedes no podran detenerlas, el caos los consumira, batallas, sangre... seran sólo el inició pues el Ragnarök es inevitable y ustedes lo verán... su propio linaje hará arder este mundo para coronar a la elegida del nuevo Reino. Su boca se silencio y su ser desapareció para siempre dando por terminada la batalla, sobrevivimos a sus planes celebrando como un mismo pueblo la victorea, nuestro Universo halló el equilibrio justo por mil años tomando las palabras de Canter como un simple juego, hasta llegado el día.

Pocos lo recordarán ya que nuestro pueblo era joven, mientras aún yo puedo verlo claro como el agua, era tarde y el ocaso comenzaba a caer los últimos rayos de Sunna iluminaban el horizonte cuando oí el glorioso primer llanto dentro del cuarto anunciando su llegada regocijando mi pecho sin medida. Al caer el sol y las sombras tomar el control de la noche una intensa estela cruzó veloz el bifrost hasta mí, su frío helado como la misma muerte recorrió un instante mi cuerpo siguiendo su camino a la alcoba dejándome oír el segundo llanto infinito haciendo eco en cada espacio. No pude detener el impulso escapando por mi ser, corrí al interior de la recámara viendo a mi dulce esposa Frigga horrorizada frente al poder oscuro ingresando en el cuerpo de nuestra hija menor. 

Durante mucho tiempo busque entre nuestros hechiceros, sabios algún camino capaz de liberar a nuestra pequeña Hela del influjo de Canter pero ninguno pudo contrarrestar el poder de las sombras en su cuerpo; cada día su apetito crecía un poco más su energía viviente necesitaba alimentarse de algo más y nada le  alcanzaria hasta tomar el punto máximo.

Heith la hechicera más poderosa en todo Asgard fue la única capaz de darnos un camino guíandonos al encuentro de Mímir hasta las raíces del árbol universal. Pero su conocimiento requería  sacrificio, el cual tuve que pagar entregándole en mano mi ojo izquierdo, pero su respuesta no fue como esperamos el camino de mi pequeña Hela había sido trasado por el destino pero aún existía una esperanza contra lo que sería capaz de hacer.
Canter había escogido su sucesora pero nosotros no.
Mímir convocó a un selecto grupo de Deidades hasta la fuente de la sabiduría; quiénes oyeron las palabras justas del guardián aceptando ante la gravedad de lo que vendría el pedido.
Frigga con dolor en el alma entrego a nuestra primogénita a las manos de Mímir el cuál la consagró en cuerpo y alma a los elementos de la luz. 

Con el corazón partido seguimos el último mandato que nos confío, sumergiendo a Hela a las tierras sombrías de Helheim mientras su hermana crecería al otro extremo del universo en Muspellheim aprendiendo las artes del combate como la magia hasta el día del despertar, cuando el apetito de Hela se halla vuelto incontenible.

Tras nuestro sacrificio, el equilibrio que supo existir entre los reinos se quebró, las fuerzas se doblaron en dos una bajo mi mando y otra subordinada al rey de Jotunheim quien no aceptaba mi liderazgo supremo. Durante más de 500 años nos confrontamos en un duelo con miles de perdidas, manchando con sangre lo que un día fue nuestra solida alianza; pero no todo fue oscuridad pues los brazos de Frigga volvieron a llenarse con la llegada de nuestro primer hijo calmando el dolor. 

En nuestra última lucha un grupo selecto de hombres guiados por mí logramos situar el palacio de Laufey en Jotunheim, mientras las demás ordás cesaban a los tropas enemigas; con esfuerzo logramos poner un alto a los gigantes de hielo, celebrando nuevamente el equilibrio cósmico.
Rodeé su morada de sombras y tenue luz oyendo en lo más profundo un ruido familiar; poco a poco me acerque hasta el salón abandonado dónde encontré el cunero solitario, allí lo ví, por primera vez tan pequeño, asustado y famelico pedía a gritos ser salvado, su pueblo habría de ser condenado a penar por mil años gracias a su acciones, pero él..solo era un niño sin culpa o maldad.
Por alguna extraña razón..al mirarlo a los ojos pude recordar a Canter, su maldición hacia mi propio linaje como el de Laufey, más allá del odió y la batalla este pequeño compartía el mismo destino que mis hijos haciendome incapaz de negarle abrigó. 

Mis hechizeras personales fueron el instrumento necesario para resguardar al niño sin sufrir un sólo dañó, sellando su apariencia natural por la de un pequeño común a los que habitaban en Asgard. 

Apesar del temor lleve al bebé conmigo presentandolo frente a mi esposa quien a diferencia de lo esperado recibió con gran entusiasmo al adorable pelinegro alimentándolo de su propio pecho.
Aún cuando su sangre no fue la misma ese niño había llegado en el momento preciso, los brazos de Frigga estaban cargados ahora con dos muchachos requeridos de su amor maternal llenando aquel vacío que nuestras hijas dejaron, nada borraría jamás su recuerdo pero Thor y Loki serían capaces de traer regocijo a nosotros como al pueblo. 

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