Posibilidades

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Loki

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Loki


La sangre me hierve a punto de estallar en mis venas como un volcán, no puedo creerlo realmente creyó en sus palabras dudando de las mías. Era frustrante tener que pasar por esto ella era la primera personal en la cual confíaba le había enseñado cada aspecto de mi aún cuando eso pudiera alejarla, cómo podía ser capaz de desconfiar, eso me lastimaba como una aguja filosa directo al medio del pecho.

Sólo quería ir por Sif y darle una cucharada de su propia medicina, mujer insolente con qué propósito se atreve a meterse en asuntos fuera de su incumbencia.

Cierro la puerta con seguro desquitandome la rabia con lo primero que encuentro, lanzo las dagas a la pared una y otra vez sin fallar una vez al ángulo, me niego a bajar a cenar deleitandome con la modesta compañía de una jarra de vino dulce, no es una solución pero ayuda a quitar las tensiones del cuerpo.

El cielo oscurece dejandome con el perfecto paisaje bañando de luces tenues la ciudad entera, era digno de ser apreciado podría ser un pueblo con pocas ambiciones en la vida pero la armonía que se respiraba aquí no existía en otro lugar del universo.

Escucho el golpe secó en medio de la habitación, viendola ergirse, se sacude la ropa y no puedo creer su insolencia de venir aquí.

-Largate ya mismo.

-Tenemos que hablar. Le doy el último trago a mi copa acercándome a ella.

-¿De que? ¿Cómo le crees a tú amiguita en vez de a mí? Soy el Dios del engaño pero no caeré en los tuyos, oíste claro a Madre sino hay confianza nada puede subsistir.

-Yo confío en tí, nada tiene que ver con lo que pasó, comprendiste mal.

-¡¿Mal?! Ví perfectamente tus pensamientos no intentes manipularme bestia, era nuestro momento y lo llenaste de dudas por su culpa.

-No es así, sólo lo recordé y fue lo primero que viste, pero no es por eso que no puedo llegar más lejos Loki ¿Acaso no te das cuenta? No soy una de tus cortezanas, tengo mis propios miedos y dudas, no impuestas por Lady Sif sino por mí. Inclina la cabeza sentandose sobre la baulera jugando tímidamente con sus manos.

-Sif lo único que quiso fue protegerme, conociendo tu propia fama, sólo no deseaba que me convierta en una más de tú lista pero le expliqué que yo no te veo de la misma forma al resto del mundo...se que existen cosas buenas en tí, eres capaz de hacer cosas increíbles si te lo propones a tí mismo; el torneo es prueba de ello, no necesitas te trucos, te lo propusiste y llegaste a coronarte vencedor. Vuelve su mirada hacia abajo cruzándose de brazos.

-Lo siento si lo sentiste así, no fue tú culpa sino mía. Respiró profundo, recordando mis múltiples aventuras había una larga lista de mujeres que deseaban matarme por mis tretas asique era comprensible que la insoportable Sif quisiera prevenirla, lo que ella no había tomado en cuenta era la importancia del cordero para mí, eso la volvía única a las demás.

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