Ragnarök

25 4 19
                                    

Loki

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Loki

El aroma a jazmín se filtra entre las calles, puedo sentirlo calandose en mis huesos es el suyo no hay duda alguna.

La enorme bestia de Hela aparece a la mitad del camino pero ni siquiera se inmuta con mi presencia pues otra es la que le interesa, saltó sobre él percibiendo el intenso perfume a un lado y no me hace falta gira, ella está aquí, lo sé bien. La alimaña no me brinda descanso enfrentandonos en un duelo bestial, muerdo su carótida logrando detener su avance pero antes de poder soltarlo un viento nos arrastra lo suficientemente lejos, clavo mi atención al otro extremo viendo el escudo dorado de Eeva quitándose de encima a Thor como a mí.

Los moustruos nos rodean en grandes cantidades sin darme espacio para correr a ella; el Mjolnir cruza delante de mí vista dando un poco de respiró pero el arma de Thor no es suficiente para este enfrentamiento, utilizó mi forma animal despejando de nuestro camino a alguno de ellos.

No somos los únicos pues al otro lado de la calle vemos aparecer a las fieles siervas de Eeva brindándole un campo libre a su combate; veo sus sombras cruzar por la calle principal notando la trenza dorada de mi pequeña bestia sacudirse en el viento dándole un enfrentamiento a la altura.

-¡Loki! ¡Ayudame pulgoso!-Gruño pero aún así le quitó de encima a las dos alimañas pestilentes. Debemos apartartarlas del camino principal pues entorpeceran la lucha de Eeva.

Logramos dividirnos en dos grupos conteniendo el avance de esas criaturas, son fuertes cada vez que una nueva emerge de aquella nube parace tener el doble de poder que la anterior.

-¡Loki, debo ir por Padre! ¿Podrás encargarte tú sólo?-La pregunta me ofende, respondiendole en un instinto primitivo arrancándole un trozo de piel a esa bestia de las profundidades, lo arrojó a sus pies y Thor se pone verde del asco.

-Creo que tomaré eso como un sí.—Nos separamos uno del otro, mientras continúo limpiando el camino para Eeva, pero no lo hago sólo Eyra se acerca a mí cubriendome la espalda ¿Cómo si la necesitará? Sólo lo hace por el cordero, estoy seguro aún así no volteó a verla si me logra seguir espléndido, sino lo consigue será otra pobre tonta a la cual le a tocado perecer.

La tierra vibra bajo nuestros pies y logró ver germinar del suelo las raíces de cientos de plantas, nos movemos rápido impidiendo quedar atrapados entre sus brazos, tomó a Eyra de la capa arrojandola hacía uno de los techos dónde logramos ver, el despliegue fulgente de Eeva cubriendo la entrada del puente con su inmenso muro de naturaleza viva, ya no necesita imponer sus manos logra sostenerlo simplemente con su poder mental.

-Ve con ella, mis hermanas y yo detendremos a esas criaturas.—Ni siquiera lo discuto iniciando mi viaje por la calles de la ciudad, esquivando algunos restos de esas alimañas pestilentes queriendo levantarse.

EevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora