Eeva
Al transcurrir algunas horas mi cuerpo comienza a sentir la expulsión de energía por sacar a Hela de mi cabeza, es como si hubiera corrido kilómetros, escalado la montaña más alta dejandome sin fuerzas para siquiera levantarme, esa pesadez carcome mi cabeza exigiendo dormir pero la sóla idea de dormir me extremese la piel.
Gracias al cielo madre se queda a mi lado dandome plática sin dejarme caer en esa trampa narcoleptica, escuchó sus relatos sobre lo ocurrido durante este tiempo que había estado dormida; preocupe a todos era imposible de negar, mi madre, las Valquirias, Heith en incluso Sigrid fueron redundantes al venir a verme que su angustia fue enorme. Las hice sufrir y eso era lo más penoso que hubiera vivido, siempre cuidaron muy bien de mí y casi las abandonó por una ilusión.
Me quedó acostada entre aquellas sábanas extrañas dónde me arropa dejándome un último beso en la frente.
—Mi niña te prometo que regresaré pronto, solucionare algunos pendientes y volveré. Oigo la puerta ruidosa junto a esos pasos remarcados en el suelo como si se aproximara un elefante enorme.
—Allí estás, buenas tardes Hermanita.
—¿Qué haces aquí grandote? No hay combates necesitados de tí.— Toma asiento a los pies de la cama viéndome con esa sonrisa divertida en el rostro.
—Tenia varias opciones pelear en Jotunheim, Alfheheim o quedarme en casa a acompañar a una bestia latosa ¿A qué no te das una idea cuál elegí?—Mi pequeña sonrisa se une a la suya y le respondo.
—Una bestia latosa.
—No, en realidad quise ir a Jotunheim pero no me dejaron.
—¡Thor! Eso no es cierto cariño, tú hermano también se preocupó mucho por tí y se quedará en mi ausencia.
—Esta bien.— Vuelve a besarme antes de salir dejándonos a solas, permitiendole acercarse un poco más a mí su dedo índice juega por mi cara buscando fastidiarme.
—Ya deja de eso, que molestó eres.— Se ríe y yo igual.
—Me lo debías, no paras nunca de meterme en problemas ¿Así serás mi ejemplo de Hermana mayor?
—Si, soy el ejemplo de todo lo que no debes hacer, asique no te metas en líos.
—Eres la menos indicada para pedir eso, pero ello demuestra la verdad, perteneces sin duda a está familia.— Rueda una caricia por mi mejilla cuando no puedo evitar preguntarle:
—Thor ¿Sabes dónde estamos? Estaré débil pero no recuerdo que mi cuarto fuera dorado.
—Lo modificamos por tí mientras dormías, estábamos tan aburridos que bueno...
—No te pases de listo conmigo "Hermanito" o verás cuando me recuperé.— Se ríe de mí fuerte, confesando por fin la verdad.
—Casi te la crees ¿No? Pero ya, estás en la recámara de Padre, prefirió mantenerte aquí protegida mientras tú sueño continuará.
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Eeva
FanficLos secretos del Padre son muchos y durante siglos el mejor guardado ha sido la verdad detrás del surgimiento del Ragnarök. Nada puede ser sepultado y escondido eternamente, tarde o temprano el despertar comenzará definiendo el destino de los dioses...