La fuente

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Eeva

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Eeva

-¿Estás segura de hacer esto?

Terminó de acomodarme la capa sobre los hombros y cubrirme con esa enorme capucha oyendo a mi corazón bombear como martillo.

No, no estaba segura, pero tampoco podía ignorar el mensaje de las originarias, jamás me habían mentido o instruido mal en sus caminos si debía volver al santuario de Mimir pues entonces eso haría, pero no podía hacerlo por la puerta grande más que nunca necesitaba la ayuda de Loki, aún cuando muriera de pánico con lo que el Dios pudiera decirme.

Juego con el cuello de su traje pasando mis pulgares por cada uno de los detalles, sin querer demostrar mis verdaderas intenciones.

-Si, pero necesito que vengas conmigo.

-¿Me necesitas? ¿En serio? Eso es muy exitante. —Me rió pero afirmó sus palabras señalandole la verdad del asunto.

-Debo llegar hasta las raíces del árbol, se que conoces los puentes que conectan el árbol por ellos intuyo te escapaste la última vez.

-Intuyes bien, como yo intuyó que al lugar dónde quieres llegar es la fuente ¿Verdad?

-Exactamente.

-Sabes que Mimir exige cosas por entrar, no vayas a aceptar que me mate a cambió.

-No me esforcé tanto para tenerte aquí para perderte en la primera esquina, no señor.—Le doy un beso sobre su mejilla logrando llevar a sus ojos serenidad, ladeando esa sonrisa torcida.

-Bien entonces es mejor irnos ahora antes que terminé de amanecer.— Enlaza su mano a la mía haciendo un salto en el espacio llevándonos al medio del bosque mezclandonos entre las sombras de la malesa antes que el sol nazca nuevamente, busca cuando el destelló se ciñe como una minúscula luciérnaga, Loki invoca una de sus dagas rasgando el aire como una fina tela, el espacio se condesa abriendo esa ventana misteriosa hacia algún desconocido lugar, cruza primero y lo sigo justo antes de volver a cerrarse.

Miro sobre su hombro reconociendo en el horizonte el reino de Alfheim, Loki me acomoda la capucha cubriendome la mayor parte del rostro cuando se me ocurre una idea, recuerdo a mi amiga Kaira tomando su apariencia.

-Esplendida idea corderito. —El destelló verde cubre su cuerpo aparentando ser un hombre que nunca antes e visto, es galante pero no le llega ni un poco a él.

Caminamos entre la multitud llamando un poco la atención pero no demasíado hay muchos comerciantes de Asgard también por aquí dejándonos avanzar sin cuestionamientos, lo sigo firme por las calles alejándonos de las masas hasta un callejón oscuro y desolado, Loki me toma de la cintura llevándome contra una de las paredes dándome uno de sus besos deboradores capaz de romper mi cabeza, siento su cuerpo tan pegado al mío que no puedo evitar recordar la maravillosa ilusión que creo para mí. Apenas puedo hacer un espacio entre nuestros labios preguntándole con el aire entre cortado.

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