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Bajé de avión emocionada.
Por fin estaba ahí, por fin iba a poder vivir mi vida sin nadie que me siga como o cuando.

Estaba esperando a recoger mis maletas, en una fila interminable, rodeada de gente hablando más alto de lo normal, niños llorando, padres estresados, gente corriendo de un lado a otro y gente riendo cuando algo llamo especialmente mi atención.

La risa de alguien resonaba por ese lugar, haciéndome sonreír inconscientemente.

Giré la cabeza y giré sobre mis pies buscando de donde proviene ese sonido y no conseguí encontrar la persona que hace que rías solo con escucharla.

Dejando mis pensamientos y mi curiosidad de lado, recogí mis maletas para empezar mi locura.

Aún no había salido del aeropuerto y el estrés me estaba matando.

Hice una lista rápida en mi mente de todo lo tenia que hacer y me puse manos a la obra.

Llamar a un taxi, ir a buscar las llaves de mi nuevo departamento, ir al departamento a dejar las maletas, llamar a mi representante para saber dónde es el casting y por último y no menos importante alimentarme.

Empece a reírme sola por mis pensamientos.
Se me puede olvidar cualquier cosa en la vida excepto comer, ese es el mayor placer en el mundo del que siempre hay que disfrutar.

Salí del aeropuerto a conseguir un taxi.

Rodeada de maletas, nerviosa, asustada pero feliz, muy feliz de estar ahí.

Volví a escuchar esa risa, ahora sí, ya, necesitaba saber de dónde provenía ese sonido, la curiosidad me estaba matando.

Empecé a buscar entre toda la gente de mi alrededor, sin moverme de mi sitio, levantando la cabeza y buscando con la mirada de dónde venía ese sonido.

Ahí estaba, un grupo de chicos jóvenes, apuesto que no eran mayores que yo.

Uno alto y rubio de bonita sonrisa.
Un chico de piel morena con pelo de un rojo muy llamativo, más bajito a los demás que está de espaldas a mi.
Otro chico de cabello moreno y ojos verdes que está haciendo payasadas para que los demás rían.
Otro de ellos parece el más callado, pelo rizado y moreno con bandana, tiene algo que llama la atención.
Había una chica rubia que parecía estresada, hablando por teléfono y dándole órdenes a los chicos.

Sabia que la persona que estaba buscando estaba cerca de ellos pero no conseguía ver quién era.
Había un chico, alto, con una gorra negra, piel blanca y los brazos llenos de tatuajes que estaba hablando por teléfono, haciendo gestos a los demás para que lo dejen tranquilo.
No creo que sea el.

Decidida a seguir con lo mío y olvidarme de eso, dejé de mirar a esos chicos y empecé a caminar con mis maletas.

Cuando estaba por subirme al taxi por fin, después de 40 minutos esperando y peleando con gente que corre para "robarte el taxi", otra vez, otra vez esa risa.
Levanté la mirada y lo primero que vi fue a 2 chicos riendo, del mismo grupo de antes.
El moreno con ojos verdes, grabando con su móvil y el castaño de piel pálida y tatuajes, con su brazo por los hombros del moreno.
Riendo y hablando incoherencias a la cámara.

Seguía con la mirada fija en ellos, hasta que me miraron, los dos.
El de ojos verdes bajó la mirada y dejó de grabar, revisando algo en el móvil, pero el otro... el otro seguía mirándome.
El dueño de esa risa, seguía con su mirada fija en mi y ahí es donde me doy cuenta de sus ojos color café , su piel pálida que parece porcelana, sus labios de color rosa que no para de morder.
Me intimidaba, mucho, pero no podía dejar de mirarlo.

Se estaban acercando y mi cuerpo no respondía.
Pasaron por mi lado y la mirada de ese chico fija en mi, intimidaba.

–Hola bella.– habló el chico de piel pálida, con una sonrisa que derrite a cualquiera y esa mirada que me ponía muy nerviosa.

Estaba tan nerviosa que no conseguí articular palabra alguna.
Bajé la mirada y me giré para subir al taxi.

- Vamos asere, que se te van los ojos- fué lo único que escuche.
Supongo del chico de ojos verdes y seguidamente una carcajada que me hizo sonreir como tonta.

Dejé de pensar en eso y me dispuse a hacer todo lo tenía en mi lista imaginaria antes de que llegara la noche

Eran las 11 de la noche y me encontraba en la terraza de mi departamento mirando la ciudad, una ciudad que parece que nunca descansa.
Miles de coches y luces la iluminan durante la noche.

Miami, mi sueño cumplido.

Estaba sentada en la terraza escuchando un poco de música, mientras comía un sándwich.

Las escenas del aeropuerto vinieron a mí mente y empecé a reírme sola, como loca desquiciada.

-Vamos Mía, has venido a Miami a cumplir tu sueño, no a enamorarte de un chico que seguramente no volverás a ver - me dije a mi misma riéndo.

Intenté despejar mi mente pero no pude evitar pensar en esa mirada café y todo lo que pasó por mi cuerpo en tan sólo minutos cuando iba a subir a ese taxi.

Esa voz, esa sonrisa, esa mirada, su risa contagiosa y... Su olor.

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Holaa!

Hasta aquí el primer capítulo.

Que le deparará el futuro en Miami?
Acompañame a descubrirlo.

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La Chica Del Aeropuerto - C.V  | Corrigiendo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora