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Cuando está a mi lado todo es perfecto, el mundo deja de existir y para mí solo existe el.

Cada día cuando lo miro, me pregunto la razón que tubo mi madre para meterme ese miedo con los hombres.
No todos son iguales, no todos los hombres son como ese hombre que se hace llamar mi padre.

No se en que momento paso, pero lo que si sé es que amo a este hombre con mi vida.

Acaricié su mejilla suavemente con mi mano derecha mientras la izquierda seguia jugando con su pelo.

Giró la cabeza un poco cerrando los ojos, disfrutando de mis caricias, besando la mano que tenia en su cara.

- en que tanto piensas mi amor? .- me pregunto conectando nuestra miradas.

- que no sabía que se podía amar tanto a una persona .- dije sin dejar de acariciar su mejilla, pérdida en su mirada sonriendo como tonta enamorada.

- Te amo Mía.-

El que me diga eso así, tan sincero hace que mi cuerpo sea gelatina.
Este hombre tiene un poder sobre mí que ni el mismo sabe.
Puede hacerme la mujer más feliz del planeta y  puede destruirme con solo una palabra.
Supongo que eso es lo malo de enamorarse, que te vuelves vulnerable y le das a esa persona el poder de hacer con tu corazón lo que se le antoje.

- Te amo Christopher.- respondí con una sonrisa y me acerque más a el para besarlo. Un beso lento, demostrando cuanto lo he necesitado, un beso que te eriza la piel.
Pase mi lengua por su labio inferior e inmediatamente la mordió. Un escalofrío recorrio mi espalda.

Estos labios y esta lengua eran mi perdición.
Podría besarlo por horas y no cansarme jamás.
El beso suave se habia convertido en un beso húmedo,con sabor a chocolate.
Me separé de el mordiendo su labio y lo miré a los ojos. Pasando mi dedo por sus labios

- que has comido? .- pregunté  con una sonrisa mirando sus labios rojos e hinchados.

- sinceramente llevo sin comer como 8 horas, pero sé que te encanta el chocolate y le robe una chocolatina a Erick en el ascensor antes de golpear tu puerta como energúmeno.- dijo riendo como un niño para volver a besarme.

- no se si es bueno que me conozcas tanto.- hablé entre besos

- me encanta conocerte tanto, me encanta conocer cada lunar de tu cuerpo, la cicatriz que tienes en la rodilla derecha, me encanta que tu piel se erice cuando respiro en tu cuello,  tus manos de niña, amo el pendiente de tu ombligo, aunque me gusta más aún este nuevo que solo puedo ver yo - esto lo dijo con una sonrisa metiendo las manos por la camiseta acariciando mi abdomen y subiendo a mis pechos.

- Pues sí que te ha gustado ese pendiente - dije riendo.

- me gustan tus pechos y me gustan los pendientes. Es la combinación perfecta - dijo sonriendo mientras rozaba un pezón con sus dedos.

- que tonto eres - dije riendo.

- Te amo - hablo mirándome a los ojos. Haciendo que sintiera un zoológico en mi estómago.

- Te amo Chris.- beso- te amo- beso- te amo- beso- te amo- beso - te amo.-

Seguiamos mirándonos con una sonrisa de enamorados en el mismo lugar, sin movernos, pegada a la puerta de entrada de la casa.

- Han terminado de derramar miel?- escuchamos al otro lado de la puerta.

Miré a Chris con una ceja levantada sin entender nada y su cara me decía que el tampoco entendía nada.

- Nosotros también queremos saludar a Mía, Christopher. Son tan mensos que siguen pegados a la puerta. Hemos escuchado todo. No necesitaba saber que la princesa tiene un pendiente en el pezón - dijo Erick riendo- sueltala y abre la puerta. 10 minutos y te la devolvemos, te lo prometo.- dijo con voz de niño pequeño, con voz de niño pidiendo un helado. Es una ternura.

La Chica Del Aeropuerto - C.V  | Corrigiendo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora