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Estábamos disfrutando de la fruta que teníamos en esa mesa.
Entre besos, caricias y manos tontas.

Aún totalmente desnudos.

Con Mía recostada en mi pecho, entre mis piernas.

- Chris ¿No te cansas? - hablo Mía soltando una risita divertida.

- No se porque lo dices amor - conteste riendo.

Sabía perfectamente el porque lo decía, pero me hacía el loco

- Lo que estoy sintiendo en mi espalda, estoy segura que no es una mano- hablo girando la cabeza para mirarme sonriendo.

- No es mi culpa que mi esposa sea tan malditamente sexy y me haga desearla cada momento. Contigo desnuda entre mis piernas mi cuerpo reacciona solo. - hablé besando su cuello.

Se giró, quedando de lado, pasando sus piernas por encima de la mía. Con sus rodillas flexionadas. Puso sus manos en mis mejillas y comenzó un beso lento.

Un beso que hacía que miles de emociones recorrieran tu cuerpo.
Sonriendo a mitad del beso, haciendo que una corriente eléctrica recorriera mi columna vertebral.
Causando en mi, la misma sensación que con aquel primer beso en el set de grabación.

Pase mis manos por su cintura, elevándola un poco para hacerla sentar sobre mí.
Abrió sus piernas y sin dejar de besarme, paso una a cada lado de mi cuerpo.

Sin despegarse de mis labios, elevó su cadera haciéndome entrar en ella lentamente.
Esto no era como todas las veces que lo habíamos hecho esa noche.

Esta vez era diferente.
Cada uno de sus movimientos sobre mi, me sacaba gemidos, gemidos que ella se encargaba de callar con besos.
Mis manos recorriendo su cuerpo con delicadeza. Disfrutando de cada caricia. Disfrutando de cada beso.

Su respiración agitada junto con sus gemidos en mis cuello, me llevaban a la luna. Sus brazos rodeandome por los hombros.
Aferrada a mi cuerpo, abrazándome con fuerza.
Unos movimientos más fueron suficientes para que los dos llegáramos al clímax juntos.
Sin despegar nuestros cuerpos.
Abrazados, con el corazón acelerado, recuperando la respiración

Seguíamos abrazados y besándonos en esa misma postura cuando mi móvil comenzó a sonar.

- Contesta amor puede ser importante. - hablo Mía levantándose.

- Dime asere.- hablé llevando el móvil a mi oreja. Al ver el nombre de Erick en la pantalla.

- hola papu ¿ Están visibles? Estamos en la puerta de su casa. Pregunto antes de introducir la llave en la puerta. No queremos sorpresas - dijo riendo

- Por primera vez en tu vida has hecho algo bien, flaqui. No no estamos visibles. Esperen 10 minutos por favor - hablé riendo acercándome a  Mía que estaba junto a la piscina.

- Abran ustedes la puerta cuando estén listos. No tarden porfavor.

- ahora nos vemos.

- ¿Quién era amor?- pregunto Mía pasando sus brazos por mi cuello

- Erick, están en la puerta de casa. Llamo para asegurarse de que estuviéramos visibles y no traumarse. - dije riendo.

- ¿Ya están aquí? ¿Que hora es? - pregunto sorprendida

- Las 9, amor.

- WoW. Vamos a vestirnos anda.- Dijo riendo.

Subimos a vestirnos, dejando todo un reguero de ropa en el patio.

Alguien limpiaria ese desastre.

El vestido de novia de Mia estaba en mitad del césped, junto a la piscina.
Mi camisa, flotaba en la piscina. Mi pantalón en el suelo a los pies de esa cama, los zapatos de Mia a un lado de la cama, mi chaqueta tirada en el suelo y ropa interior adornaba las velas artificiales que había junto a los restos de comida.

La Chica Del Aeropuerto - C.V  | Corrigiendo |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora