Capítulo 18 - Encuentro con los Xenos.

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El Goblin Slayer y el Sacerdote se habían encontrado con una especie casi única, podría decirse que era la primera vez que conocían un monstruo con capacidades intelectuales y también fuera capaz de entablar una conversación con los demás.

El Goblin Slayer y el Sacerdote se habían encontrado con una especie casi única, podría decirse que era la primera vez que conocían un monstruo con capacidades intelectuales y también fuera capaz de entablar una conversación con los demás

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Sacerdote: ya te han dicho que eres una cosita tierna.

Wiene estaba un poco nerviosa por los nuevos sujetos que acababa de conocer, de hecho, uno de ellos era casi idéntico a su amigo, pero el otro estaba tan cubierto de pies a cabeza con una armadura, ya que le daba un poco de miedo que aventureros que no fueran Bell le hicieran daño.

Sacerdote: no te preocupes, no te haremos daño.

Wiene: pero el...

GS: no te preocupes, no pienso hacerte daño.

Wiene: ¿entonces tu no me harás daño?

GS: no, solo me encargo de matar goblins y tú no lo eres.

Wiene: que bueno.

GS: aparte, tú no tienes ninguna intención asesina, a diferencia de otros monstruos, tú no tienes esa mirada de que quieras hacerle daño a nadie.

Wiene: gracias.

Sacerdote: dime pequeña Wiene ¿te gustaría acompañarnos a dormir?

Wiene: ¿no se sentirán incomodos conmigo?

GS: para nada, no podríamos dejarte sola e indefensa aquí en este piso del calabozo.

Sacerdote: quien sabe qué clase de peligros hay en cada uno de estos pisos para alguien como tú.

Wiene: gracias por dejarme quedar con ustedes.

Sacerdote: duerme conmigo.

GS: ya entiendo, algunos reptiles son de sangre fría, por lo que, para mantener la temperatura corporal a un ambiente adecuado, tiene que dormir en compañía de una especie para generar calor y mantener la temperatura adecuada para que no sufran cambios repentinos de temperatura.

Sacerdote: veo que conoces ese detalle.

GS: los investigué al momento de entrar en guaridas que podrían estar custodiadas por goblins, por suerte no encontré en algunos, pero si lagartos con sus crías.

Sacerdote: bueno, pasa buenas noches.

GS: buenas noches.

Los tres quedaron profundamente dormidos, ya que esperaban que el día de mañana pudieran empezar a ver qué tipo de monstruos había en el calabozo y si fuera un caso diferente, podrían también encontrar el nido de Wiene para dejarla con su nido y volver con su grupo a la superficie.

-A la mañana siguiente-

Amanecía en el calabozo, donde el Goblin Slayer, el Sacerdote y Wiene dormían tranquilamente, hasta que el propio Goblin Slayer despertó y vio a su escamoso amigo con Wiene, parecía ser que en un momento así se había convertido en padre sin saberlo, ya que la forma en que dormían los dos, hacia parecer que eran padre e hija, pero no quiso esperar demasiado y los despertó de su sueño.

Bell Cranel, un hijo del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora