28.

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"Se arrepentirán de haber confiado en mí."


CLAIRE.

Salgo del baño después de una ducha caliente. No me queda de otra que ponerme uno de los obsequios de Maxwell, ninguno de los que utilice en la pasarela, por supuesto. Elijo el más sencillo, aunque ya anhelo tener mi estilo de ropa, si o si tengo que ir por mis cosas hoy mismo.

Los tacones resuenan por todo el silencioso penthouse y eso que no me encuentro completamente sola. Un olor exquisito entra por mis fosas nasales, estoy dispuesta a seguirlo hasta que mi dirección es cambiada justo cuando voy bajando por la mitad de las escaleras.

Veo a un hombre de traje gris en la terraza, me acerco a él y me doy cuenta de que luce irritado.

Aaron se encuentra de pie junto a la piscina hablando con alguien a través del móvil mientras se acomoda el rizo que cae por su frente. Trae puestas sus gafas de sol, los cuales no tarda en quitarse para ponerlos entre su camisa desabotonada.

—¿No crees que es demasiado temprano para vernos? —inquiero malhumorada, apenas guarda el aparato en uno de los bolsillos de su pantalón de vestir.

Hace media hora recibí su llamada, la cual funcionó tal cual, como un despertador, le di la orden a Colin para que lo dejara entrar si es que llegaba al mismo tiempo que yo estuviera en la ducha. Lo cual fue así, y diablos, él de verdad tiene tanta energía. Quisiera ser así de activa por la mañana como él.

—Buenos días, Claire. ¿Cómo amaneciste? —habla en tono dramático—. Lamento despertarte, princesita, pero el abogado ya nos espera en el despacho.

—Esto va en serio, eh.

—Va muy en serio.

Realiza un ademán con su mano diciéndome que camine delante de él. Parpadeo cuando entro a la habitación, me aclaro la garganta al ver a un atractivo hombre usando anteojos. Él levanta la vista del documento que lee y me da una leve sonrisa. Se alisa la corbata y se pone de pie para hacer el gesto caballeroso de acercar la silla para mi, pero antes de que tome asiento él toma la iniciativa de presentarse ya que Maxwell no tiene la intención de hacerlo.

—Nicholas Evreux.

—Mucho gusto, Nicholas. —Estrecho su mano y las comisuras de mis labios se curvan. Inclina su cabeza hacia atrás, mira por encima de mi cabeza seguramente esperando la reacción del británico—. Soy Claire Langford—menciono mi nombre, aunque siento que ya me conoce.

—Créeme, el gusto es todo mío. —Sonríe complacido—. Por favor, permíteme ayudarte.

—Muchas gracias.

—De nada.

Maxwell chasquea la lengua y agita la mano para apresurar el asunto.

Una vez que nos encontramos sentados todos sentados Maxwell guarda silencio, toma una postura descuida y se lleva las manos detrás de la nuca. Nicholas decide leer el contrato en voz alta y yo reviso el documento junto con él.

—¿Hay alguna objeción? —me pregunta, en ningún momento se enfoca en mi acompañante.

—No.

—¿Estás completamente segura, Claire?

—Si, todo esta bien.

El día que Maxwell y yo estipulamos el acuerdo yo misma me encargué de hacerlo firmar un contrato de prueba, ahora él lo ha hecho oficial. En este documento se hace énfasis en dos cosas que necesito mantener con prueba: la protección y los siete meses que estaremos juntos porque hasta ahora no deseo que se me relacione con él después de esto.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora