17.

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"Te detesto"


AARON.

—¿Me estabas esperando?  —susurra cerca de mis labios, tiene la respiración acelerada por el brusco beso. Y eso que es el inicio de una buena noche. Apenas cierro la puerta, no dudo en aprisionarla contra la pared, suelta un jadeo con el movimiento rápido y sonríe pícara—. Veo que mi mensaje logró alterarte un poco.

El dulce olor del perfume que sigue impregnado en su piel llega hasta mis fosas nasales cuando me acerco de nuevo.

Roza el límite de la toalla que cubre mi miembro antes de comenzar a deslizar sus manos por mi húmedo y trabajado torso. Entrelaza sus manos detrás de mi cuello cuando llega a esa parte de mi cuerpo cubierta por tatuajes.

—Debiste de pensar con claridad antes de venir.

—Lo hice, ¿por qué crees que estoy aquí?  —blanquea los ojos—. Claramente no vengo a jugar al té, idiota.

Frota su rodilla en mi entrepierna.  

Al diablo cualquier estúpido pensamiento que me obstaculice el querer follarla. Como le dije a Bastian, no voy a negarme a una propuesta y mucho menos de ella.

—No sé qué mierda estes planeando, pero no voy a desperdiciar mi oportunidad de follarte duro —hablo con la voz ronca.

Muerde su labio al escuchar mi comentario.

Maldita ladrona seductora e irresistible.

Acuno su rostro entre mis manos y la atraigo a mi boca ansioso. Delicia total. Hoy sus labios tienen un sabor a fresa que me está volviendo loco y quiero pensar que es por ello que se está volviendo tan adictiva.

Adentro mi lengua con fuerza y ella introduce sus dedos entre mis mechones empapados. Corresponde a mi ferocidad, pero me fascina que Claire no se deje guiar sino que se atreve a incrementar el ritmo a su placer.

Coloco firmemente una mano en su espalda baja para elevar su cuerpo, la castaña capta mi petición y envuelve sus piernas en mi cadera. Camino hacia mi habitación que a pesar de mantener las luces bajas, las enormes ventanas iluminan el espacio con la actividad nocturna de la ciudad.

Antes de depositarla en la cama, Claire se saca los zapatos y se gira para que yo pueda bajar el cierre de ese apretado vestido que apresa su cuerpo. Me he enterado que en un par de meses modelará para un desfile de lencería. Usará el tipo de conjuntos que le harán honor a su trasero resaltándolo y yo no puedo esperar para halagar su trabajo.

Se me seca la garganta y la polla se me endurece al ver como la tela negra cae a sus pies. Lo primero que mis ojos captan es el tipo de braga que me gusta, el tipo de lencería que no cubre su culo. Lo aprieto y me acerco para intentar besar la tinta que yace a lo largo de su columna , pero inmediatamente decide darse la vuelta.

Ladeo mi sonrisa al notar que de nuevo no lleva sostén, deja caer su melena en la espalda para dejar sus pechos al descubierto. Esto en definitiva no se trata de repetir la noche sino de mejorarla. Mi azul se encuentra embelesado examinando cada parte de su cuerpo. La devoro con la mirada conforme avanza a mi boca.

—¿Tenemos un trato? —pronuncia cerca de mi rostro. Con un dedo acaricia mis labios mientras ella se pellizca el inferior.

—¿Te basta con confiar en mi palabra? —cuestiono.

Esboza una sonrisa presuntuosa. Se acerca aún más, provocativamente, pero no me besa, al menos no en la boca.

Deshace el agarre que mantiene mi duro y erecto miembro oculto, arroja la toalla al otro lado de la habitación y lentamente se va colocando de rodillas. Arquea sus cejas sorprendida, seguramente no recordaba tan detalladamente semejante bestia.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora