HUIDAS Y MENTIRAS (#1)

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"I Did Something Bad"

Londres, Inglaterra

Actualmente

CLAIRE.

Hace una hora y unos cuantos minutos recibí una llamada proveniente de Aaron.

Él casi nunca me llama porque por lo general estamos juntos todo el tiempo, un verdadero milagro tomando en cuenta nuestra antigua relación, pero en esta ocasión debido a que se encuentra lejos y yo sigo en su casa lo hizo.

No dio mucha explicación. Simplemente me pidió que me pusiera un atuendo elegante y bonito porque en cuanto terminara con sus asuntos pendientes vendría por mí para llevarme a un sitio.

Utilizo la palabra sitio, no especificó a cuál de tantos que pueden ser. Así que no puedo hacer mucho con esa pequeña información. Yo necesito saber con exactitud a donde voy para saber qué es lo que debo vestir.

No me gusta ser inoportuna.

Y además, yo me destaco por siempre vestir bien. Maxwell está arruinando esa reputación al ponerme este tipo de obstáculos.

A los hombres les puede parecer insignificante, a las mujeres no. O al menos para mi, si mi outfit no está conforme a la ocasión me provoca un malestar visual muy grande.

—Ya voy —le grito al móvil, en cuanto veo la notificación de llamada en la pantalla—. Si mi cabello no luce bien, todo me pone de mal humor. Así que sé paciente conmigo, Maxiwell.

Hablo entre dientes, pero me retracto al instante cuando la voz rasposa de Maxwell no es la que me responde del otro lado de la línea.

—¿Saldrás? —me cuestiona, intrigado.

—Si, Dem —digo apenada. Es mi culpa por atender la llamada sin verificar el contacto, además ¿quien contesta sin ver el nombre? Pongo la opción de altavoz para escucharlo sin retrasarme en arreglar mi cabello—. Lamento haberte hablado así.

—Está bien, creo que te llame en un momento equivocado. Supongo que saldrás con Brier.

—Si y como sé que eres curioso, te ahorro la pregunta, no tengo idea de a dónde.

—Uhmm —alarga la última letra, como si estuviera pensando—. Quizá te pida matrimonio, ya sabes esta vez de verdad. ¿Por qué otra razón te llevaría a un lugar que desconoces? Así que, la única opción certera es que se arrodille ante ti esta noche.

Una risita brota de mi boca al escucharlo soltar aquello.

—Lo dudo mucho, Demian.

—Bueno, ¿quieres apostar? —cuestiona.

—Te apuesto lo que quieras, solo pierdes el tiempo porque Maxwell no va a hacer nada de lo dices. Él y yo no somos personas que queramos tener un compromiso real por el momento.

—Ya veremos, ya veremos.

—Si tanto quieres asistir a una boda, ¿por qué no te casas tú?

—Sabes de antemano que yo no creo en el amor, esos cuentos no son para mi. —Emite un sonido de desagrado—. Pero si creo en que tú me harías muy feliz, amiga mía. Ya quiero volver a nuestra rutina.

Dejo que el rizo caiga sobre mi mano para luego enrollar un poco ese mismo mechón en mis dedos.

—Hay tantas modificaciones en mi agenda, así que dudo que pueda regresar en este año. Creo que me quedaré para las fiestas.