"The truth untold"
Nueva York, EUA
24 HORAS DESPUÉSCLAIRE.
—No te preocupes, no te vamos a hacer daño, Claire. —Escucho una risita. Es una voz exquisita, demasiado femenina—. Al menos no un daño físico.
Siento que mi cabeza va a explotar en cualquier momento. Mi cuerpo está adolorido por los golpes y jaloneos que recibí en cuanto ellos me capturaron.
Quiero recordar exactamente cómo fueron las cosas, pero simplemente los recuerdos vienen de forma borrosa.
Me estremezco al recibir una cascada de agua helada caer sobre mi cabeza. Me sacudo al sentir una mano rasposa aproximarse a mi rostro.
—Claire... tranquila —susurra esa voz que me parece familiar. Ya lo he escuchado antes solo que estoy tan asustada para empezar a investigar de donde es que la conozco—. Coopera y todo estará bien.
Hago lo que me pide, pero aún así empiezo a temblar.
Me quita la venda de los ojos y los entrecierro al sentir una fuerte lámpara apuntar directo hacia mi. Poco a poco voy recuperando la vista, pues la luz hace que me encandile y no vea más que sombras.
He estado aquí por lo que siento mucho tiempo y mis ojos lo han resentido.
—Solo coopera con lo que ella te diga. No estarás aquí mucho tiempo, créeme —susurra esa voz que conozco. Me sobresalto al ver a la persona que está a mi lado, el capitán Kieffer me observa dolido, sabe que es toda una sorpresa para mí enterarme de esta manera que ha traicionado a mi padre—. Voy a quitarte la cinta, ¿de acuerdo?
Asiento.
No quiero que me toque, pero no puedo hacer nada para evitar que se salga con la suya.
Me remuevo incómoda al sentirlo tan cerca de mi. No se suponía que él debía estar aquí. Jamás pensé que un hombre al que mi padre describía como un soldado honorable fuera el encargado de su captura.
Quiero acariciarme las mejillas por la fuerte adhesión que la cinta ha tenido con mi piel, sin embargo, mis manos siguen atadas para poder hacer eso. Lo único que me queda es disminuir el dolor estrujando mis mejillas con la sudadera que llevo puesta desde el primer día que acepté esta tortura.
—No vamos a asesinarte, Claire. Al menos no aún —declara la misma mujer que se burló hace un momento. No la veo hasta que se acerca, sonriendo abiertamente. Es la misma mujer pelirroja que vi durante mi viaje a Europa, todas esas veces que sentí que alguien me vigilaba nunca fueron imaginaciones mías. Ella sí estaba ahí, siempre estuvo ahí—. Solo vamos a atormentarte un poquito hasta que nos regresen a Thiago Huxgrave.
¿Qué?
¿No se supone que por eso mismo el coronel me hizo venir acá?
¿Ellos no tienen a Thiago?
—¿De qué hablas? —cuestiono con un hilo de voz.
—Dicen que Thiago murió en el atentado, pero hasta no ver su cuerpo no voy a creer nada de eso. Yo misma lo vi ese día, lo apunté con un arma y si yo no lo asesiné fue porque alguien más arrojó esa bomba —me explica Sydney Olsen, la exnovia de Thiago—. Ahora lo quiero de vuelta, Langford.
—Yo no tengo idea de donde puede estar Thiago. Jamás le haría algo.
—Tú no, pero tu prometido sí que sabe algo.
—Aaron tampoco le haría daño a Thiago, sabe lo mucho que me importa...
—Ay, tan ingenua como siempre —se burla—. Dúdalo, Claire. Dúdalo.
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HUIDAS Y MENTIRAS (#1)
RomanceClaire no ha vuelto a saber nada de Aaron desde que el hermano mayor de ella falleció. Mientras él prefirió alejarse, otros se quedaron. Desde entonces ella ha vivido con la cercanía de los tres mejores amigos restantes que su hermano tenía, a qui...