11.

17.4K 662 135
                                    

"Protegida"



AARON.

Siempre voy a detestar reunirme en eventos sociales donde más de la mitad de los invitados son pertenecientes al ámbito laboral que personas del círculo cercano. En lugar de dejar a un lado el trabajo por un momento, divertirse y pasar un rato ameno, solo buscan engrandecerse a sí mismos presumiendo todos los logros que han obtenido a lo largo de su vida.

Y eso a mi me vale mierda.

Este tipo de hombres ejecutivos que me envolvieron a una conversación que jamás quise pertenecer, adoran sentirse superiores menospreciando el esfuerzo de otros. De nada sirve parlotear y alardear ya que solo así logran mostrar la carencia de atención diaria que afrontan.

En ese caso, prefiero estar trabajando para fortalecer mi éxito que jactarme ante otros. Es mejor triunfar callado, así te evitas obstáculos en el camino puestos por los envidiosos y la atracción de los interesados que empeoran el proceso de crecimiento.

Mi mirada recorre el jardín atestado de gente que no conozco en absoluto. No creo que todos los presentes sean allegados a Thiago. Actualmente, menos yo. Tampoco es como si quisiera estar aquí con demasiado gusto. Solo acepté la invitación de Keint por ser uno de mis socios, él aún cree que su hijastro y yo seguimos siendo amigos. Busca darle algo de satisfacción, pero lo único que le causara es una cólera impresionante.

No llevo ni una puta hora aquí, ya quiero largarme. Este nunca ha sido mi tipo de ambiente. Nunca lo será. No veo a mis amigos por ningún lado, eso lo empeora. No pienso quedarme a averiguar si el imbécil de Thiago se digna brindar sentido a su bienvenida.

—Si me disculpan caballeros, debo retirarme. —No es necesario que alce la voz para que me presten atención. En cuanto me levanto guardan silencio.

—Necesitamos seguir con la charla cualquier otro día. Deberías invitar a tu padre —dice un hombre, tiene aspecto de estar en los sesenta.

Aprieto los labios y asiento.

—Por supuesto. En otro momento, con mucho gusto.

No digo nada más. Atravieso el jardín con las manos metidas en los bolsillos del pantalón como si fuera un inocente en esta historia.

Mis ojos azules se posan en una figura femenina que deslumbra entre todos con un vestido blanco por encima de las rodillas. Tiene el cabello atado en una coleta alta dejando ver la mitad de las marcas de tinta en su espalda. Ese tatuaje de las fases de la luna que no deja de aparecer en mis sueños desde la última vez que lo toque.

No dejan de mirarla como si quisieran descifrar todo lo que oculta. Espero equivocarme. Espero que la admiren de esa manera por lo bella que es, no por la misma razón que no dejan de acecharme apenas entre a la mansión; la maldita portada de The New York Times donde muestran lo "cercanos" que somos.

Lo primero que vi esta mañana al despertar fueron los ejemplares que llegaron a mi habitación mostrando en grande una fotografía que tomaron ayer en el museo, justo cuando regresamos de nuestra desaparición. En ella salgo a milímetros de Claire como si estuviera a nada de besarla.

Y las especulaciones se han disparado por todos lados.

Además, se atrevieron a adjuntar que una fuente confiable ha confirmado mi romance con ella. Me caga que esas fuentes confiables no son más que viles mentiras para hacer más creíble el chisme.

Claire se da la vuelta cuando su acompañante rubia le dice algo. Sus facciones pasan de ser relajadas a estar totalmente de forma tirante. Logro conectar con su café que se envuelven en el sentimiento despreciativo hacia mi azul.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora