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"Dangerously"

Nueva York

Días antes


IAN

El capitán Kieffer y el coronel Eric Bayers me acompañan, cada uno posándose a mi lado cuando salimos del ascensor, por el tranquilo y extenso pasillo blanco. He tenido que venir de emergencia a la ASMC, hemos pausado la misión que conlleva la captura y la posible derrota de dos de los clanes más poderosos de la mafia, para hablar con el criminal que puede ser de mucha ayuda para que eso suceda.

Saludo con un leve asentimiento de cabeza al guardia que custodia la puerta de la sala de interrogatorios. Y cuando me da el saludo militar, yo también lo hago en forma de respeto y espero a que coloque la clave de acceso.

Cuando entro me voy directo hacia la silla y la giro para que el respaldo de esta quede al frente, rozando mi torso. El capitán Kieffer y el coronel Bayers, quienes tienen cargos importantes e indispensables para la OSSMIC actualmente, se van a la habitación camuflada para espiar la conversación.

Un escuadrón se coloca detrás mío al mismo tiempo que se abre la puerta del otro lado del cristal. Junto las manos y me las llevo a los labios mientras analizo al hombre de uniforme naranja que entra esposado y custodiado por dos escuadrones de soldados.

―Ian Langford, ¡qué grata sorpresa! ―Sonríe maquiavélicamente―. ¿A qué debo este honor?

No es la primera vez que vengo a interrogarlo y él sabe a la perfección a que vengo.

Espera a que le acerquen la silla para sentarse. Se deja caer sobre ella provocando que las esposas resuenen contra la mesa de metal que se encuentra frente a él. Cada vez luce más descuidado, nada que ver con el criminal ruso que era cuando lo capture.

―Has esperado mucho, ¿para qué? ―Ladeo la cabeza y entrecierro los ojos después―. Sabes que no vendrán a buscarte. No se arriesgarían por una rata como tú, eres insignificante para ellos. Entonces, ¿para qué seguir guardando lealtad?

―Tú no sabes lo que significa tener hermanos, Langford. No tienes idea de la complicidad que existe entre nosotros dos. Digas lo que digas no hablaré ―dice impasible―, ya resistí cinco años... Solo pierdes el tiempo conmigo, hombre. No hablaré.

—O será que aún no te animas a traicionar a tu hermano.

—Prefiero morir que traicionar a los míos.

Chasqueo la lengua y suelto una risa al escucharlo decir aquello.

―Yo sé que prefieres morir, esa es la solución más rápida que creen que existe ―concuerdo, mirándolo directamente a los ojos conforme me voy acercando más al cristal que nos divide―, solo acuérdate que yo también soy padre. Todos sabemos que el amor nos vuelve débiles, pero si hay algo que nos hace más frágiles es el amor que le tenemos a nuestros hijos, Dmitriy.

Thiago tenía toda la razón cuando me hizo saber su teoría. No sé cómo él se enteró de este gran secreto que vengo ocultando por cinco años. La OSSMIC lo sabe, por supuesto. Sino, ¿quién me ayudaría a cubrir semejante información? 

No es que confíe en Thiago, pero su padre le inculcó lo necesario para formarlo como un estratega. Ese muchacho es tan listo para no revelarle a nadie esta información. No hasta que capturemos a las piezas importantes para dar con el verdadero Nikolai Olsen.

Dmitriy a pesar de ser muy parecido a su hermano mayor tiene algo que lo caracteriza, algo que logra destacar entre toda su familia. No solo es la cicatriz que le atraviesa el ojo derecho, sino el porqué dejo que se la hicieran. Todo fue producto de una disputa que tuvo por el amor incondicional que le tiene a su única hija.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora