"Nunca podremos dejar el pasado"
CLAIRE.
He cabeceado tantas veces que ya perdí la cuenta. Parpadeo adormilada mientras cambio mi posición, subo mis piernas al sofá para abrazarlas. No quiero acostarme por completo, el sueño me terminará venciendo y aunque dormir me apetece mucho en este momento. Demian no ha despertado aún.
Entrecierro los ojos cuando percibo la intensa luz blanca que proviene del pasillo.
—Deberías irte a descansar —dice Bastian, pegando un bostezo.
—Estoy bien —trato de sonar convincente, sin embargo, mi cuerpo me traiciona al empezar a bostezar también—. No me iré a casa hasta que Dem despierte.
Camina con lentitud y se deja caer en el sofá, justo en mi lado izquierdo.
—Aaron sigue hablando con el médico para verificar el diagnóstico que se tiene hasta ahora —murmura cansado. Masajea sus sienes con delicadeza a la vez que fija su mirada oscura en el piso blanco.
—No me iré hasta que Dem despierte —repito.
Mi mente no deja de visualizar todo lo que sucedió. Una y otra vez aparecen los recuerdos, no dejo de sentirme nerviosa con aquel rostro pálido y atemorizado que Demian proyectaba. Mi preocupación disminuyó cuando lo pasaron a una habitación al mantenerlo fuera de peligro, pero la sensación inquieta sigue en pie.
Nunca lo había visto tener una reacción como esa.
—Yo me quedaré —anuncia—. Sin objeciones. Ya lo hablamos Aaron y yo, él te llevará a casa.
—¿En qué momento decidieron hablar por mi? —mascullo enfadada—. No me iré hasta saber como se encuentra Demian. Se alteró demasiado cuando le dije que Thiago se había marchado con Sydney. Y que el mentiroso no aparezca lo empeora todo, ¿ya lograste localizarlo?
Arrugo mi frente al verlo negar.
—No. Sigue sin atender mis llamadas —suelta un bufido—. Tampoco está en el penthouse, el portero de su edificio me dijo que me avisara apenas lo vea ingresar.
Saca el celular del bolsillo delantero de su pantalón e inmediatamente se enciende la pantalla, «7:40 a.m.» es lo primero que aprecio. Desliza las burbujas de notificaciones comprobando que ninguna es del rubio.
—Todo me resulta tan extraño —mi voz se va apagando. Apenas tengo la fuerza suficiente para mantenerme cuerda que no me importa pasar desapercibida mi preocupación—. No suele ignorar con tanta facilidad. ¿Y si le sucedió algo?
—No, claro que no —niega. Toma mi mano y le da un ligero apretón—. Te aseguro que se encuentra bien. Quizá solo decidió apagar el celular y desconectarse de todo. No se veía para nada contento con la escenita de amor que protagonizaste con cierto amigo mío británico.
—¿Y su manera de demostrar el inconformismo fue yéndose a los brazos de Sydney?
—No es así.
—Ambos me dicen las mismas jodidas palabras, pero resulta que demuestran todo lo contrario —volteo los ojos a la par que cruzo mis brazos—. Digo porque te pregunté sobre la carrera y con todo el atrevimiento del mundo lo negaste.
—Porque te conozco, necia. Sabía que si te decía la verdad encontrarías la manera de llegar al lugar. Aunque no sirvió de nada mentir, de todos modos te saliste con la tuya —frunce el ceño. Bastian también opta por imitar mi cruce de brazos para interrogarme—. Es cierto, no me has dicho. ¿Cómo es que lograste dar con la dirección? ¿Quién te lo dijo?

ESTÁS LEYENDO
HUIDAS Y MENTIRAS (#1)
RomansaClaire no ha vuelto a saber nada de Aaron desde que el hermano mayor de ella falleció. Mientras él prefirió alejarse, otros se quedaron. Desde entonces ella ha vivido con la cercanía de los tres mejores amigos restantes que su hermano tenía, a qui...