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"Monstruos y Venganzas"


Nueva York, EUA
Actualmente


CLAIRE.

La noticia sobre la desaparición de mi padre, Thiago y el resto de los soldados que fueron enviados a esa misión estalló, tal cual Alessandra lo pensó. Inmediatamente la información fue difundida por distintos medios de comunicación, agregando también el mensaje que me dieron a modo de comunicado.

No sé muy bien cómo ese mensaje fue descubierto porque tengo miedo de revisar mi celular y encontrar cosas que me aterran.

Adam me coloca una gorra, que supongo que es de su propiedad, y unas gafas oscuras para cubrir mi rostro de los paparazzi. La OSSMIC ha enviado a varias personas encargadas para aumentar mi seguridad y protegerme desde mi llegada al aeropuerto internacional ubicado en Queens hasta todo el camino que estaré haciendo hacia la mansión Huxgrave, sin embargo, mis tres guardaespaldas no se despegan de mí.

Para este punto están desconfiando hasta de la misma Organización militar.

Los tres se ponen alrededor de mi, enviando a Adam al frente como siempre. Me aferro a su mano mientras veo cómo los soldados se van colocando para encerrarnos en una especie de círculo para mantenerme a mí en el centro, caminamos todos apretados por la insistencia de la prensa por acercarse a tomar alguna declaración de mi parte.

La seguridad que la Organización me ha otorgado los empuja para tratar de avanzar, pero son tan testarudos que siguen abalanzándose contra nosotros.

—Claire, ¿qué es lo que sabes sobre tu padre?

—¿Es cierto que están siendo retenidos en contra de su voluntad?

—¿Para quién está dirigido el comunicado que sacaron? ¿Se refieren a ti?

—Debes estar tan abrumada por lo que estás pasando, definitivamente no es fácil terminar con un compromiso y enterarse el mismo día que tu padre y tu exnovio han desaparecido...

Intento seguir respirando contando los números sin parar para ocupar mi mente y dejar de escucharlos, pero se vuelve difícil cuando hacen preguntas que yo también me he hecho durante el vuelo.

Adam me aprieta la mano, quizá para darme apoyo.

—¿Entonces es cierto que finalmente se terminó el compromiso con Aaron Maxwell? ¿Y qué sucede con la mansión que ha comprado hace dos días aquí en Queens?

Por órdenes de la OSSMIC no puedo hablar al respecto, sobre nada más bien. Tengo que hablar con la menor cantidad de personas posibles en el trayecto. Y la verdad es que, aunque tuviera permitido hacerlo, no puedo. La mente no me da para pensar con claridad, no entiendo de que me están hablando, no estoy al tanto de nada y es escasa la información que me proporcionaron apenas el avión aterrizó.

Se me hizo eterna la salida con el lanzamiento de cuestionarios que siguen haciendo, no están conscientes que este es un momento terrible para ponerme a hablar sobre el tema. Suelto un suspiro, aliviada, porque al fin alcanzo a ver las puertas automáticas.

Un hombre con el uniforme militar, distinto al de la OSSMIC que por cuestiones privadas no pueden utilizar en público, abre la puerta de la primera camioneta negra para darme acceso a los asientos traseros. Mis guardaespaldas suben conmigo, permitiendo que ellos sean los encargados de sacarnos del aeropuerto.

Adam no quita la mirada sobre el hombre, ahora que se ha subido en la parte del copiloto. Este nota la tensión que hay y decide sacar la placa con el escudo que conozco desde que nací, lo conozco perfectamente.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora