44 | Parte I

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"Call it what you want"

París, Francia

Actualmente

CLAIRE.

—¿Estarás bien si te dejo a solas un momento? —me pregunta Aaron, sin dejar de recorrer su mirada azulada por mi vestido casi transparente. Arqueo la ceja cuando me mira a los ojos, sigue apretando mis dedos con sumo cuidado, parece que no quiere irse—. Necesito hacer unas cosas...

—Estuve bien sin ti cinco años, ¿qué pregunta es esa, Maxwell? —le respondo, sintiéndome mal por ejercer un tono muy rudo. Aaron entrecierra los ojos molesto tras escuchar ese comentario, pero opta por no decir nada al respecto y en su lugar me besa el dorso de la mano—. Estaré justo donde me dejaste, ¿de acuerdo?

Él me da un ligero asentimiento.

Mira hacia todos lados, como si buscara algo, como si buscara a alguien entre todos. Pero yo no veo a nadie. Suelta un suspiro y procede a retirarse. Un mesero se acerca para ofrecerme un martini, acepto el cóctel y le agradezco por su servicio mientras detallo la espalda ancha de un pelinegro con traje.

—Claire Langford —me llama una voz masculina, totalmente desconocida para mi.

Giro la cabeza sobre mi hombro disgustada por su intromisión, en este momento no me apetece tener ninguna conversación con nadie que no conozca. Sobre todo si no me beneficia. Sin embargo, me pongo a la defensiva inmediatamente al averiguar al dueño de aquella voz tan hostil.

—¿Quién crees que eres tú? —me pregunta Benjamin Maxwell.

Sigo en estado de alarma, tener al prepotente padre de Aaron no es nada grato y nadie agradece contar con su presencia. Por lo que, debo tener sumo cuidado con cada paso que da o cada palabra que me brinda.

Y aún así, no puedo evitar sonreír abiertamente.

Qué gran pregunta es esa.

—Un demonio para algunos, un ángel para otros —le respondo sin tapujos. Y poco a poco mi sonrisa se vuelve más gigante—. Todo depende de a quien se lo pregunte, señor Maxwell.

El hombre me observa serio, lleno de desprecio tal vez.

No me importa cuanta autoridad tenga él y aunque esté corriendo riesgo al comportarme así, yo no pienso doblegarme con nadie. Mucho menos si se trata de un hombre.

—¿Cómo te atreves a venir a mi evento vestida con esa basura? —me cuestiona, indignado. Intenta disminuir el volumen de su voz porque ya estamos acaparando la mirada de muchas personas y se nota que está a punto de perder la cordura—. ¡Qué osadía la tuya!

—Basura lo que usted y Danielle Wallace se prestaron para hacer el día de ayer —hablo fuerte y claro, llevándome un gesto de reprensión de su parte por retarlo de esta manera—. Y por supuesto que soy osada. Por si no le ha quedado suficientemente claro, yo hago lo que yo quiera. Siempre me salgo con la mía.

—Te equivocas, no siempre y muy pronto lo comprobarás. —Señala en dirección al podio, justo donde Aaron sube con su exnovia—. Espero que no te moleste que mi hijo comparta este momento con ella.

—Para nada, no soy una mujer celosa. He estado tanto tiempo en este mundo que aprendí a separar las cosas. La presencia de Danielle Wallace no afecta mi relación sentimental que tengo con Aaron.

Ya entiendo a donde va todo este asunto. Benjamin aprovecha que su hijo se encuentra ocupado para entablar una conversación conmigo. Sabe que Aaron no quitara la atención de mi y es por eso que se ha acercado.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora