44 | Parte II

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"Call it what you want"

París, Francia

Actualmente

AARON.

—Mira, en esa mesa de allá se encuentran mis amigos —le informo a la pelirroja, señalando específicamente hacia mi prometida—. Te dije que estaban aquí, no puedo creer que me orillaras a comprar el restaurante para que al final terminará siendo verdad.

Ella me hace mala cara antes de dejar que me acerque a la celebración que están teniendo en la mesa de Dubois.

—¿Aaron Maxwell? —pregunta un hombre rubio, ladeado la cabeza como un completo idiota—. Más entretenida no puede ser esta noche.

Su acento francés me fastidia de inmediato.
Es demasiado marcado para mi gusto, excesivamente ostentoso.

—Obviamente, como debe ser. —Me encojo de hombros, divertido—. Donde quiera que yo estoy está la diversión.

Escucho una risa sarcástica proveniente de otro de los presentes que a diferencia del rubio si logro reconocer. Cabello ondulado y peinado hacia atrás, camisa forzosamente desarreglada para parecer rebelde y una sonrisa de encanto para las mujeres. Se mira más viejo a la última vez que lo vi, pero reconocería a ese idiota en cualquier lado.

Andrew Lacroix se lleva la copa de vino a los labios mientras me observa intrépido.

Al parecer no está de acuerdo con lo que he dicho sobre mí.

—Siempre queriendo enaltecerte, Maxwell.

—Tu sabes que es verdad, ¿ya se te olvido a quien le insistías para salir de fiesta antes y durante tu etapa como rookie? Todo lo que aprendiste de mí no lo has agradecido en todos estos años, idiota —alego sin tapujos—. La fama hace que las personas pierdan la humildad y sean unos malagradecidos. Básicamente yo te cree, Lacroix, no vengas a quejarte ahora.

No me interesa la fama que está teniendo últimamente. Tampoco me interesa que sea una persona sumamente importante para el mundo de los deportes y los negocios.

Es un reconocido piloto de una de las mejores escuderías de Fórmula 1 y aún así, aunque sea el vigente campeón del mundo en la máxima categoría me trae sin cuidado faltarle el respeto.

Compartí muchos momentos muy bochornosos con Drew incluso el primer día que nos presentaron, no me puede decir que he excedido la confianza con él porque estaría siendo un completo hipócrita.

El estúpido piloto castaño se muestra impasible mientras que Claire y el rubio parecen apenados por mi actitud a diferencia de Bastian, quién está enterado de todo.

—Tienes razón, he estado demasiado ocupado ganando campeonatos que me he olvidado de mis viejos amigos. —Hace un mohín con sus labios—. Al parecer estás teniendo una vida tan aburrida que sigues presumiendo tus logros del pasado. No te preocupes, voy a devolverte la diversión. Le diré a mi asistente que te envíe una tarjeta firmada por mi a modo de disculpa y ya que estás tan al pendiente de mí, ¿por qué no te pasas por el GP de Las Vegas?, te regalo las entradas ya que andas tan lambiscon.

—Puedo ir por mis propios medios, Lacroix.

—¿Y tú qué opinas Claire? ¿Te gustaría ir a Las Vegas a verme correr? —le pregunta Drew, sé que lo hace solo para molestar—. Aunque no dudo que este se encuentre dispuesto a comprarte toda una escudería para ti si es que se lo pides.

—No lo tientes, Drew —interviene Bastian—. Sabes de lo que es capaz.

—Por supuesto que sí. Soy capaz de todo por mi prometida —le aclaro—. Puedo hasta comprarle un Grand Prix, el circuito que ella quiera.

HUIDAS Y MENTIRAS (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora