[25] 𝙽𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚘𝚌𝚞𝚕𝚝𝚊𝚛𝚕𝚘

130 22 5
                                    

Una vez estuve apunto de morir. 

Ocurrió hace seis años atrás, cuando a duras penas había sido ingresado en la guarida principal de la manada de Bones. Dovan y yo a duras penas manteníamos alguna que otra conversación breve cada pocas semanas, normalmente en momentos muertos, hasta que una vez él me hizo una pregunta a la que no sabía responde hasta la fecha: «¿Qué ves cuando estás entre la vida y la muerte? El umbral».

Como cabría esperar de alguien como yo, no tenía respuesta: Hacía un año que me habían obligado a quedarme, y a duras penas pasó un mes cuando le lloré a mis padres sobre todas las cosas terribles que hacían los lobatos. 

Papá lloró también aunque se contuvo, pero Rowen se quedó estoico pese a escuchar absolutamente todas las cosas terribles que viví durante mi primer año. «No puedes venir con nosotros, Dámaso», decía. «No puedes tocar aquello que te hace daño hasta que sepas cómo defenderte sin que te pillen». Dante estuvo furioso aunque no dijo nada al respecto, pero yo sabía que cuando volvieran a la guarida iban a tener muchos problemas. Papá era tranquilo por norma general, pero si alguien me hacía daño se volvía violento; Rowen pagaría un precio muy alto por no acortarme ningún camino

Al día siguiente Rowen volvió con el labio partido y un ojo morado sin responder a las preguntas sobre aquello; en su lugar me hicieron llamar y nos mantuvimos sentados en una habitación que hacía de "sala de reclusión". Sobria, oscura y con los mínimos muebles; aunque insonorizada. 

Fue ahí cuando mi padre fue más específico con su respuesta: «Los lobatos tienen sus propias normas. Así que si quieres ser tan fuerte como yo, entonces tendrás que seguir cinco normas el resto de tu vida: Lee, entrena, defiéndete, sé independiente... y haz lo que sea para tener todo lo que necesites sin importar el límite».

Un buen consejo de padre, pero en un mal momento. No podías decirle a un lobato débil y emocional que "hiciera lo que fuera sin importar el límite", porque podría salir mal al no tener las herramientas necesarias para defenderse. No me dio lo que necesitaba ahora, sino lo que tendría que hacer en el futuro.

Su buena intención me salió cara, y casi perdió a su único hijo.

Para cuando aquello pasó, James (siendo su primer año de "Alfa de los lobatos") me estaba haciendo la semana insufrible con sus comentarios mordaces. Él era un tipo de lobato poco común: Esbelto, elegante, y aunque sus emociones se salieran de control... él tenía siempre el control. Así es como ganó su puesto. Empezaba siendo amable, te ataba una soga y luego apretaba hasta que no tuviera que utilizarla contigo. Muy buen mentiroso y manipulador, haciendo dudar a los adultos. 

Lejos de insultar a mis padres, ya que Rowen se consideraba una leyenda viva, sus ataques sólo tenían que ver conmigo. Esperaba que su hijo fuera fuerte, valiente, un ligón... y halló a un cachorro sensible, llorica y rata de biblioteca. Sólo que no contó con el factor de que algunas actitudes de los padres se te incrustaban en el cerebro, adoptándolas, para luego sacarlas tarde o temprano. Fue tarde cuando se percató que yo había adquirido la violencia de Rowen, pero para ello tenías que machacarme mucho hasta crear una grieta y provocar una fuga.

A él le disloqué el brazo de un puñetazo en el hombro al pensar que no le haría daño; él a mí me empujó demasiado fuerte y uno de sus "guardianes" no le dio tiempo a sujetarme hasta que me caí del primer piso.

Entonces, durante la caída, la pregunta de Dovan llegó a mi mente: «¿Qué ves cuando estás entre la vida y la muerte? El umbral».

No sé si todos verían lo mismo que yo, pero en mi caso observé un mundo desolado y demasiado oscuro, lleno de piedras de todos los tamaños y formas. El umbral de estar de cara con la muerte, dándote la oportunidad de decidir si eres lo bastante fuerte para aferrarte a un hilo delgado y quebradizo... o caer muy, muy, muy abajo hasta dejar de ver nada. En ese momento me pregunté si valía la pena vivir y luchar, no podía negar que terminar con todo sería demasiado fácil.

𝕯á𝚖𝚊𝚜𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora