[58] El Loco y su locura

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[𝙳𝚘𝚟𝚊𝚗]

El Loco del tarot, es quien va perdido y sin rumbo; se trata de una criatura que parece no vivir en la realidad; una criatura a quien nadie toma en serio y que vaga de un lado a otro, aparentemente sin saber qué busca ni adónde quiere llegar.

Así me siento yo ahora mismo, mientras le susurro a Bones todo lo que se me pasa en la cabeza mientras noto que su cuerpo se tensa contra el mío; todavía bajo el agua. Me siento perdido porque no sé a ciencia cierta si esto servirá de algo, y sin rumbo porque es el único camino que conozco desde que el Alfa se me pega cada noche como una lapa para que nuestro cuerpos se unan. 

Desde que lamió mi sangre, a veces su ansiedad se duplica y cuando muerde me hace daño hasta que consigue hacerme sangrar. Justo en el momento que la prueba, toda la ansiedad y la tensión desaparece de golpe. Es dócil, manipulable y puede ser delicado si se lo digo; pero sólo en el caso físico. Su mente es extremadamente fuerte para negar peticiones o soltar demasiada información.

—Dovan...

—Déjalo fluir, Bones —susurro en su oído, notando que cada embestida es más fuerte que la anterior. Duele como si te perforaran el culo con un martillo. Cuesta pensar—. En-enrédate en mi locura y dámelo. Pued... arg, joder, eso duele...

—No es seguro... No me siento seguro, pequeño... Puede ser peligroso..

—Yo estoy contigo —aliento, agarrándome a su pelo, conforme noto las uñas hundiéndose en mi carne. Voy a sangrar seguro, y a saber cuántas heridas voy a tener nuevas en el cuerpo. Guio su boca hasta mi cuello para que me lo llene de besos ansioso, mordidas y lengüetazos, aceptando todo mientras me recuerdo que ahora mismo me vendría bien un sedante o mi petaca para atontarte el cerebro. Esto va a doler horrores—. Todo irá bien... Bo-Bones... Estoy contigo. Será un lugar seguro porque estamos solos tú y yo. N-nadie nos interrumpirá, confía en mí.

Selene Bendita, a este hombre le ha crecido la polla. Sino no me explico cómo me puede doler más que nunca.

Bones abandona mi cuello, sacándome segundos después del agua para dejar mi cuerpo sobre su ropa; sin separarnos. Es lo normal si es lo único que huele a él. Puedo notar el movimiento de su cadera clavándomela repetidas veces en la próstata y sólo ruego que no me la rompa si eso es posible; mis manos siguen en su pelo, aferrado como si lo hiciera a una cuerda que puede salvarme la vida, y luego muerdo mi labio fuerte para que sangre. No estoy seguro si esto servirá para controlarle mejor el Celo, pero justo cuando la sangre sale de mi boca, Bones, va directo a ella sorberla y yo lo aúno con un beso con lengua.

Es extraño oler un sentimiento de calma que no deja de intercambiarse con una ansiedad desmedidas. Amarillo y azul. 

Amarillo y azul da verde. Los ojos de Bones son verdes, y ahora mismo sus pupilas se dilatan conforme compartimos la mezcla de saliva, sangre y sonidos sin que deje de moverse contra mí. Duele. Duele demasiado. Seguramente no podré sentarme en días, pero es lo único que se me ocurre para que los dados imaginarios den un número bueno y Dámaso pueda escapar de alguna manera.

—Bones... —gruño de dolor—. Más lento o me lo vas a romper...

—Dovan... —murmura, dándome cuenta que está en ese trance como he visto en muchas veces. Sin embargo la fuerza sigue ahí, contenida aunque firme—. Mi lobo especial... Mi pequeño...

Diosa, esto duele... Haz que pare... Ha sido una mala idea hacer esto.

El Loco, además es una figura que empuja hacia la vida de modo espontáneo, saltándose las protecciones conscientes y conservadoras. 

𝕯á𝚖𝚊𝚜𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora