[27] 𝙽𝚘 𝚙𝚞𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚜𝚎𝚛 𝚞𝚗 𝚑é𝚛𝚘𝚎 [𝚃𝚊𝚛𝚎𝚔]

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[𝚃𝚊𝚛𝚎𝚔]

Una vez me transformé en héroe, encontré mi vocación aunque nadie creyera en mí.

Por aquel entonces yo era un lobato tonto que creía que podía hacerlo todo, y eso incluía también ser un héroe. Sin embargo, como solitarios siempre se nos enseñaba una ley que jamás tienes que olvidar: Somos los únicos que podemos ser tanto depredadores como presas. 

Al principio no lo entendía cuando me lo contaban de cachorro, pero en aquel momento lo vi más que claro cuando me escapé de casa para huir de mi padre. Mientras que los lobos se agrupaban en manadas, los que estábamos fuera éramos solitarios. Estábamos solos. Única y exclusivamente dependíamos de nosotros mismos, y si había una cagada creada por un solitario, El Consejo no movería ni un mísero dedo.

Ah, pero si atacabas a un lobo de manada por defensa propia era otra historia.

Papá siempre me dio mucho miedo. En algún momento de mi niñez, el cual no puedo alcanzar a recordar, empezó a venir a mi habitación cuando mamá dormía por la medicación o se iba a hacer "fiesta de chicas". Me miraba desde la puerta, y yo veía su sombra en la pared por la luz del pasillo. Un tiempo después, se acercaba para acariciarme el cabello; sólo el cabello; mientras decía «serás como yo» y se iba. Hasta que finalmente, cuando descubría que estaba despierto, se colaba en mi cama y me miraba cara a cara en silencio; me daba tanto miedo cuando "endurecía" la cara, como una piedra, que temí mearme encima del terror. Después se iba.

Lo hacía religiosamente, si decir ni una palabra. Hasta que una noche me meé encima del miedo y comprobé que mi padre me estaba "entrenando" para no temer a la muerte ni que nada pudiera asustarme. Tal fue su decepción que me ató a la cama y me dijo que dormiría con mi propia orina hasta que aprendiera.

Empezó por hacer lo de la cara, hasta que dejé de mearme encima, y después pasó a tocarme la cara de un modo extraño. Me decía «Tarek, tienes que ser como yo. ¿No quieres ser valiente cómo papá? ¿No quieres tener un cuerpo fuerte que puede soportar lo que sea?». No lo entendía. Yo era un cachorro tonto que sólo quería que lo mimaran un poco con un abrazo o me ayudaran a cazar mariposas en el patio trasero durante la primavera. No me interesaba ser "fuerte". No me interesaba ser "valiente". No me interesaba la idea de ser parecido a papá, porque sabía que él sólo lo veía durante las noches cuando terminaba de trabajar y su aliento olía muy mal. 

Una noche a –9 °C en el exterior, papá volvió a meterse en mi cama cuando mamá no estaba  e intentó tocarme en una zona nueva. La barriga. Me dio tanto miedo que me abriera un agujero con sus dedos, me dio tanto miedo que me apretara otra vez del pecho o la espalda, me dio tanto miedo que sus ojos azules se transformaran en balas... que grité de terror e intentó callarme, poniéndose encima. Le pegué un puñetazo en las pelotas, salí de la cama y tomé el enorme abrigo de papá sin darme cuenta para escapar de casa y no volver a ver a un hombre que me daba mucho miedo. Mamá no me protegería.

Pasé dos días enteros fuera de casa, escondiéndome de todo el mundo por si le decían a papá dónde estaba, y comía de la basura cuando tenía hambre. 

A la tercera noche, cerca de los –7 °C, vi como un grupo de lobatos arrancaron a una niña de una familia de solitarios de un columpio de un patio trasero, la tomaron de las trenzas, y la arrastraron al bosque; su cuerpo dejó un rastro tenue sobre la nieve. Un rastro que podría terminar en muerte porque a nadie le importaban los solitarios. 

Fui testigo de lo que ocurrió, y no lo impedí.

Vivíamos un invierno largo y frío. Día a día, un sol débil y sin calor anunciaba que las noches serían gélidas. Yo tenía hambre; un hambre que me quemaba y carcomía dentro de mis entrañas. El paisaje se había congelado, transformándose en una maqueta carente de color y de vida, y la gente se había dado cuenta que los lobatos más mayores hacían mucho estropicio en las zonas de las basuras. Un señor casi me pegó un tiro porque pensó que era un animal salvaje. 

𝕯á𝚖𝚊𝚜𝚘 [También en Inkitt]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora