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Hyejoo me acompaña fuera de su casa mientras su tía Sunji prepara la cena. El olor a salsa de tomate llega a mis fosas nasales; huele delicioso. La lluvia ha cesado un poco, pero están cayendo pequeñas gotas. Hyejoo saca un cigarrillo de su bolsillo y lo prende sorprendentemente rápido. Me quedo con las manos en los bolsillos; ella se deja el cigarrillo en la boca mientras se acomoda un suéter que se ha puesto. Es extraño verla con algo que no sea una playera negra o una chaqueta.

Escucho el tatarateo de la voz de su tía Sunji al interior de la casa.

Su voz se comienza a sentir cada vez más cercana hasta que la puerta de salida se abre y ella asoma su rostro. Hyejoo ni siquiera se gira a mirarla; ella no ha dicho nada desde que yo acepté a quedarme a cenar.

Simplemente está cruzada de brazos fumando.

La mujer mira a Hyejoo y luego me mira a mi. Sigue con esa sonrisa enorme en el rostro. Tiene en su mano una cuchara llena de salsa de tomate.

- Chaewon, ¿no? - me pregunta para confirmar. Yo asiento con el rostro - ¿Por qué no vienes y me ayudas con la lasaña? - pregunta.

Me giro a mirar a Hyejoo de reojo para que me dé una señal, algo, un "no vayas, está loca", o quizás un "si, anda, le vendría bien algo de compañía"

Pero nada. Sigue en su mundo de humo.

-Ya voy - accedo. La mujer da un pequeño aplauso y vuelve a la cocina con su cuchara en mano.

Me doy la vuelta hacia Hyejoo.

- Me puedo ir si quieres - le digo en un hilo de voz.

Hyejoo inmediatamente vuelve la vista hacia mí y niega con el rostro.

-No - murmura - quédate.

La miro un tanto dudosa.

- Por favor - añade.

Me quedo pensando durante unos segundos; por más que ella lo diga, pareciera como si mi presencia no le acomodara. Quizás no le acomoda que su tia Sunji y yo estemos en la misma habitación; quizás le da miedo de que todos esos secretos que tanto se ha esmerado en guardar de repente salgan a la luz.

- Esta bien - digo finalmente, y cruzo la puerta de entrada, dejándola afuera.

Sunji tiene un desorden gigante en la cocina. La salsa de tomate desparramada por todos lugares, la masa de la lasaña regada en los cajones y el horno, el queso en la fuente donde debería ir la salsa blanca; reparo en que apenas tiene una mezcla de carnes y verdura, que es exactamente lo que huele tan genial.

- Chaewon - dice ella. Ni siquiera se ha girado a mirarme, pero se ha dado cuenta de que he llegado - ¿Puedes poner esa salsa aquí? - me indica su fuente. Yo asiento y tomo el paquete para abrirlo con los dientes.

Me acerca la fuente un poco más y comienzo a regar el contenido.

Una vez que termino, ella comienza a poner encima lo que ya tiene preparado aparte.

- Una vez Hyejoo me dijo que a usted no le gustaban los animales - digo yo, intentando iniciar una conversación - Aun así, tienen un gato.

Ella suelta una carcajada.

- Si, no me gustan los animales en absoluto - afirma - pero puedo soportar un gato. Hyejoo quiere tener un perro, pero no lo podría permitir.

Ella comienza a armar la lasaña. Une las piezas rápidamente; supongo que no necesita realmente mi ayuda.

Miro hacia la puerta de entrada buscando a Hyejoo o esperando que ella entre, pero el único movimiento es el de la cuchara de Sunji.

- ¿Sabes? - Sunji interrumpe mis pensamientos, haciendo que de un respingo. Al parecer ella se ha dado cuenta de que mi atención se ha desviado hacia la puerta. -Eres la primera amiga que Hyejoo trae aquí.

¿Quién eres? [hyewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora