63

170 33 0
                                    

Estamos cerca del centro de la ciudad y la lluvia no para, están cayendo granizos por alrededor y me comienza a dar miedo. Hyejoo está empapada en agua, así que me mira con cierta duda; espero que me diga que nos metamos dentro de algún café en vez de despedirnos e irnos a casa.

Sus mejillas están rojas del frio e incluso sus pestañas están goteando. Mi pantalón y mis pies están igual de mojados ya que el paraguas no los llega a cubrir. Si lo muevo tan sólo un poco puedo sentir como un río cae de encima.

Hay mucho viento y hace mucho frío así que de vez en cuando mis dientes crujen y mi cuerpo tirita.

- Nos estamos empapando aquí - digo yo, como si no fuera demasiado obvio. Hyejoo suelta una carcajada y asiente.

- Lo sé Chaewon - sonríe. Mira hacia todas direcciones, finalmente suelta un suspiro y comienza a caminar por una de las calles. - Ven - me indica - sígueme.

- ¿A dónde vamos? - pregunto, moviéndome detrás de ella.

-Sólo sígueme.

Me encojo de hombros y sigo sus indicaciones agarrada de su brazo. Ella apresura el ritmo de su caminada ya que cada vez graniza con mas intensidad; el hielo se derrite de sus manos rápidamente y a mi se me retuerce el cuerpo completo sólo de mirarla.

Nos metemos en una calle donde todas las casas están juntas, pero ninguna de ellas es igual a la otra; hasta ahora veo marrón, amarilla, café, una de madera y otra de ladrillos; lo único que tienen en común es la enorme ventana al lado de la puerta de entrada y que todas son de solamente un piso. Muy pequeñas y a la vista, muy acogedoras.

Un grupo de niños de aproximadamente diez años miran por la ventana de una de las casas; uno de ellos sostiene un balón de fútbol en la mano y al ver a Hyejoo rápidamente abre la ventana. Ella se detiene en su casa y le sonríe. Es de color naranja y tiene horribles dibujos tallados en la puerta. Intento no decir nada al respecto y simplemente me quedo mirando al chico y a su grupo de amigos.

El niño tiene las mejillas tan rojas que dan ganas de apretarlas; está vistiendo playera y pantalones cortos como si fuera el día más soleado del verano y su cara está manchada de tierra.

- ¡Olivia! ¡Olivia! - grita y se pone a mover su mano agitadamente para que ella lo vea, pero ya lo hizo.

-Hola Jeumg - levanta su mano para saludarlo - no me digas que estabas jugando fútbol en medio de la lluvia.

Bien, Hyejoo, encontraste el momento perfecto para ponerte a hablar con el chico de la casa.

Me pregunto quien será y cómo es que conoce a Hyejoo.

-Estaba hasta que llegó mi mamá - el pequeño frunce el ceño y mira hacia adentro para asegurarse de que nadie además de sus amigos esté escuchando - Ya no nos quiere dejar jugar.

-Eso es porque está lloviendo - Hyejoo rueda los ojos. El tal Jeumg se ríe y niega con el rostro.

- A los jugadores profesionales no les interesa si está lloviendo, ¿cómo seré uno si no puedo jugar?

Hyejoo se pone en posición para volver a caminar, dando unos pequeños pasos hacia al frente.

- Eso es porque a los jugadores profesionales les pagan millones de dólares y a ti todavía te compran pañales.

Sus amigos comienzan a reír a carcajadas y a Jeumg se le ponen las mejillas más rojas de lo que ya las tiene.

- Cállate - le dice a la defensiva; pero Hyejoo ríe y él sonríe un poco. Yo miro con atención toda la escena - ¿Esa es Chaewon? - pregunta en una carcajada y sus amigos le me miran. Hyejoo me da un vistazo de reojo y luego vuelve a poner su vista en Jeumg. No sé cómo es que sabe quién soy, pero necesito descubrirlo.

¿Quién eres? [hyewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora