¿Quién eres? [hyewon]

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- ¿Puedes creer que Dhai no me contesta los mensajes?

Es lo primero que dice Kim Lip cuando llega a casa el lunes de nuestra segunda y última semana de vacaciones de invierno. Son las nueve de la mañana y en una hora más comienza el campamento. Kim Lip se ha tomado el papel de campista demasiado en serio; tiene jeans de camuflaje color verde y una playera café hasta el ombligo que hace que se me ponga la piel de gallina del frío.

Su chaqueta negra impermeable le cubre apenas los brazos y tiene su cabello negro tomado en una alta cola de caballo.

Yo todavía no me termino de arreglar; apenas me he puesto las calzas negras y no encuentro mi suéter gris que tanto me gusta.

Me siento en el suelo para que Kim Lip me pueda cepillar el cabello hacia atrás.

Sé lo que siente.

- Adiós cabestrillo - añade con una sonrisa mirando mi brazo vacío.

Gracias a Dios estoy lo suficientemente bien como para volver a la normalidad; solamente tengo que evitar hacer mucha fuerza durante un rato.

- Hyejoo tampoco contesta - suelto. Ella deja de cepillar mi cabello durante un momento y se queda pensativa; no le doy mucha atención porque yo me quedo igual.

¿Cómo es posible que de la noche a la mañana ambos se hayan olvidado de contestar el teléfono celular?

Es demasiada coincidencia.

Kim Lip comienza a cepillar de nuevo dando pequeños tirones en mi cabello. El cepillo se enreda en los nudos y tiene que bajar la mano con delicadeza para no hacerme doler.

Mi madre traspasa la puerta con una bandeja; dos tazas de leche de chocolate caliente reposan en ella y un plato con unas cuantas galletas.

La deja encima del mueble y nos da un rápido vistazo a ambas.

- Cuando estén listas me dicen y las llevo - musita, esbozando una pequeña sonrisa en el rostro.

Kim Lip toma una de las tazas y bebe un sorbo de chocolate caliente.

- Gracias - decimos al unísono y mi madre desaparece por la puerta.

Kim Lip le da otro sorbo a su leche y luego la deja en el mueble nuevamente para seguir en lo que estaba con mi cabello.

-¿Crees que vayan al campamento? - pregunta cuando está a punto de terminar.

Yo me encojo de hombros; la verdad es que podría decirle que no me importa y la frente ni siquiera de me arrugaría por la mentira que estoy contando, pero al final del día no sería más que eso, una mentira.

Tanto Kim Lip como yo sabemos que no será lo mismo si no estamos los cuatro; por algo nos hemos convencido los unos a los otros de que será divertido.

Kim Lip termina de desenredar mi cabello y deja caer todo su cuerpo en la cama. Camino hasta mi leche caliente y la tomo entre mis manos, tomando asiento al lado de mi amiga. Si, mi amiga.

Le doy un sorbo quemando un poco mi labio inferior y la dejo encima del mueble nuevamente esperando a que enfríe.

Dejo caer mi cuerpo igual que el de Kim Lip y giro mi rostro en su dirección.

- ¿Por qué nos preocupa tanto? - pregunto yo, con el ceño fruncido y la voz quieta. Ella mira el techo.

- No lo sé - dice simplemente, y ambas soltamos una carcajada.

La mejor manera de que olvidar las cosas es pretender que no ocurren en lo absoluto.

Nos quedamos tomando nuestra leche caliente y hablando de chicas de la escuela que tienen el cabello lindo, evitando a toda costa hablar de Dhai y Hyejoo para no deprimirnos.