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Entramos a una botillería y compramos una botella de ron. Cuando salimos, dejo que Kim Lip me guie a donde quiera que se le antoje. Faltan quince minutos para que sean las nueve y los jóvenes como nosotras ya están apareciendo en la calle, vestidos de fiesta. Kim Lip tiene la botella abrazada a ella mientras nos cubrimos de la llovizna. Comenzamos a caminar apresuradamente por las calles; está oscuro y es como si de repente todo si hubiera puesto azul.

La ciudad tiene un aspecto frio. Me recuerda a Hyejoo. Kim Lip se detiene en el cementerio, yo me quedo helada, ¿Ella no está pensando en entrar? ¿o sí?

Se acerca al gran portón, es antiguo y tiene un aspecto sombrío. Es el cementerio más antiguo de la ciudad, esta justo en el centro. Tiene muchas casas alrededor, pero la mayoría están abandonadas, según cuentan, hay personas que escuchaban por la noche gente llorando y cuando salían a mirar por la ventana no había nadie.

Kim Lip intenta abrir, pero está con candado. Resopla algo frustrada. Está comenzando a llover con más intensidad y tengo que cubrirme entera para que no se moje mi cabello; espero no resfriarme.

-Está cerrado, mejor vamos a otro lugar - le digo, intentando poner mi chaqueta encima de mi cabeza. Kim Lip me mira, su cabello está mojado y también su ropa. Su maquillaje está corrido por el agua y su rostro está brillante, niega con la cabeza y me da la botella de ron para que la sostenga. Lo hago sin protestar, porque antes de que pueda decir algo ya está en mis manos.

-De ninguna manera - dice ella, y tan rápido como puede salta el cerco. Kim Lip es muy ágil y se le da bien hacer ese tipo de cosas, pero en cambio yo me quedo enganchada.

Trago saliva.

- Pásame la botella por entre medio de la reja del portón y pasa tú - me dice. Ni siquiera intento decirle que vayamos a otra parte o que no quiero hacerlo porque convencer a Kim Lip de algo es inútil; hablar con ella es como hablar con la pared. Probablemente no me escuchará.

Resoplo y me acerco a ella para entregarle la botella. Está mojada. Las manos de Kim Lip se abren para recibirla; están con barro, las puedo ver negras desde donde estoy.

Una vez que se la entrego, comienzo a trepar el portón. Pongo una mano en lo más alto que puedo y coloco mi pie entre medio de la reja. Cuando intento subir más alto, mi bota se queda atascada y mojo mi calcetín con el contacto de mi pie con el portón.

- Descuida, la tengo - dice Kim Lip, agarrando mi bota - y apresúrate, aquí el peligro no es el director, es la policía.

Abro los ojos asustada y impulso mi cuerpo más arriba hasta que logró quedar sentada en lo más alto. Miro hacia abajo, la distancia entre donde estoy y el suelo no es gigante así que simplemente salto.

Para mi sorpresa, caigo de pie; lo que quizás no es tan bueno, porque ni siquiera me puse la bota antes de saltar y ahora mi calcetín este embarrado. Mis manos están llenas de tierra y de agua por haber tocado la maldita reja.

Pero en fin, ya estoy aquí.

Kim Lip me devuelve mi bota y me la pongo en mi pie, que ahora está mojado y sucio.

- ¿A dónde iremos la próxima vez? ¿A las casas abandonadas de la esquina? - le pregunto sarcástica, pero ella hace caso omiso a mis comentarios y comienza a caminar por entre medio de las tumbas de un montón de vidas que no terminaron de escribir su historia.

Trago saliva. Algo helado me recorre mientras caminamos; no sé por qué estamos aquí de todas maneras, pero mi madre siempre me enseñó a tener un completo respeto por los cementerios, pues aquí es donde descansan las almas de las personas.

¿Quién eres? [hyewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora