Abro los ojos con un poco de dificultad y me doy cuenta que estoy siendo totalmente aplastada por unos músculos, pero no me importa.
El chico que tengo aplastándome huele extremadamente bien y recuerdos de la anterior noche vuelven a mi cabeza.
Levi ni siquiera nos sacó del cuarto de baño. Se sentó en la tapa del inodoro y me encargué de moverme encima de él mientras besaba mi cuello. No me quité la parte de arriba, aunque lo intentó.
Tengo un brazo suyo en mi cabeza y una de sus piernas encima de las mías. Me muevo un poco para ponerme más cómoda y él se remueve.
— Perdona —murmura con voz ronca, quitando su brazo de mi cabeza.
— No por favor, continúa. Me gusta ser aplastada por tus músculos —admito.
Una risa ronca hace que me estremezca y él me atrae hacia su pecho, poniendo su brazo esta vez alrededor de mi cintura.
— Connor no ha vuelto —murmuro.
— Y agradezco que no lo haya hecho.
Aún estoy asimilando que tengo a mi crush desde que era una niña rodeándome con su fuerte brazo. No quiero pensar más allá, pero lo hago y voy a preguntar, por supuesto.
— ¿Puedo saber por qué te alejaste de mí cuando me viste las bragas subiendo al árbol?
Una risa se escapa de entre sus labios.
— ¿Crees que me alejé porque te vi las bragas, pequeña Paris?
— Bueno, ya has admito que te alejaste. Me gustaría saber el motivo para entender este acercamiento.
Levi suspira pesadamente y yo sigo con mi rostro casi escondido en su pecho. No quiero mirarlo porque no sé cómo voy a reaccionar a lo que tiene que decir.
— Me di cuenta que ya no eras una niña y que no podía tratarte como tal.
— No te entiendo —me separo de él y me incorporo, apoyándome en el colchón con mi codo para poder mirarlo.
— Tenía las hormonas revueltas, eso es todo. No podía ser tu amigo.
Lo miro con la boca abierta, literalmente. Quizás con una mueca de asco y desagrado. ¿Me está tomando el pelo?
— ¿Quieres que te meta el pie en la boca, Levi?
Él suelta una sonora carcajada.
— No sabía que eras fetichista, Paris, pero si quieres que lama tu pie, solo pídemelo.
— Eres idiota.
— Me lo han dicho mucho —sonríe de lado—. Lo de ayer estuvo bien, aunque no pude probarte —sus dedos viajan a mis labios e intento morderlos haciendo que él sonría— Sé que estás enamorada de mí desde que eras una niña.
Tierra trágame y escúpeme en Alaska.
Me quedo tan sorprendida por lo que ha dicho que no puedo decir ni una palabra. Aunque quizás estoy más avergonzada que sorprendida.
— ¿Eso crees?
— No lo creo, lo sé.
— Yo nunca me he tocado pensando en ti.
Miento como una bellaca y me levanto de la cama para ir al cuarto de baño. Levi ha protagonizado algún que otro sueño húmedo, pero eso no va a saberlo nunca.
— Vamos, Paris, temblabas como un flan cuando me acercaba.
— Intenta no seguirme al baño esta vez —le hago una seña y me encierro en el cuarto de baño para darme una ducha de agua fría y que se me baje la rojez que tengo en mis mejillas.
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VERSUS
Teen FictionTu paso por la Universidad siempre marca un punto importante en tu vida. Hacer nuevos amigos, ir a fiestas, quedarse dormida en clase, animar al equipo en los partidos de fútbol y conocer demasiado bien al amante de tu amiga. Paris Duch no se imagi...