11; Sospechas

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La verdad es que me olvido un poco de Dave cuando empiezo a beber. Estoy a gusto. La música es buena, al igual que la compañía. Ethan ha estado bailando con Heidi y el castaño no parece querer separarse de ella esta noche.

Connor ha estado pegado a mí y lo he visto hablando con Dave alguna que otra vez en la barra. Lucy está riéndose con Julie, Elsa y Eric y yo estoy observando el buen grupo de amigos que tengo aquí. Una mano se pone en mi hombro y me giro para ver a Ethan.

— Parece que Connor y Dave han dejado sus diferencias a un lado esta noche.

— Sí —me pongo frente a él—. ¿Has tenido algo que ver? Connor vino a verme a casa.

— Puede —Ethan sonríe de lado y yo también lo hago.

— Gracias —pongo mi mano en su brazo—. Pensé que Connor no lo aceptaría. ¿Hoy no bailas? —Ethan alza sus cejas porque no entiende a que me refiero—. En la última fiesta estabas más animado —alzo mis voz.

Su mano coge la mía y se pega a mí. Levanta nuestras manos juntas y me da una vuelta. Girls like you está sonando y Ethan no duda en cantarla.

Girls like you love fun, yeah me too. What I want when I come through —canta—.
I need a girl like you, yeah yeah.

Canto con él hasta que una cabellera rubia aparece en nuestro campo de visión. La mano de Ethan suelta la mía y ella se engancha al cuello de su novio.

— ¡Me encanta esta canción! —Dice.

¿Qué pasa cuando Eric y yo salimos? Que termino bebiendo demasiado porque él pide una, otra y otra. No me quejo, es decir, bebo todo lo que puedo. Un día es un día y aprovecho la noche. Unas manos se ponen en mi cintura y miro hacia arriba para ver a Dave.

— ¿No has bebido demasiado? —Pregunta en mi oído.

— ¿Tú crees?

— Aún no has bailado conmigo, Paris Duch.

— ¡Qué mala novia! —Exclamo dándome la vuelta.

Él sonríe y me quita el vaso de mi mano. No sé a quién se lo da, tampoco me importa. Me aleja un poco del grupo y me da una vuelta. Me acerca a él y mi espalda choca contra su pecho. Me agarro a su brazo porque la vuelta ha empeorado un poco mi estado de embriaguez y sus manos se ponen en mi cintura.

Cierro los ojos y Dave empieza a moverse. Pongo mis manos encima de las suyas y me muevo con él, sintiendo la música y lo que no es la música. En este momento me doy cuenta de cuánto tiempo llevo sin que un chico se acerque a mí.

¿Qué me había pasado? ¿Cuándo los chicos han pasado a un segundo plano en mi vida? ¿Por qué he estado perdiéndome esto?

Me giro y pongo mi mano en su pecho y este me sonríe. La música inunda el lugar, está demasiado fuerte pero no me importa. Me siento como si estuviera navegando, montada en un barco y Dave es quien me sostiene para que no me vaya de bruces contra el suelo. Sus manos están en mi cintura y sus ojos azules como el mar están sobre los míos.

— ¿Se supone que... tenemos que besarnos ahora? —Pregunto.

— Sería lo indicado —sonríe.

Me alzo sobre la punta de mis zapatos un poco y alcanzo sus labios. Mis manos viajan hasta su nuca y las dejo allí, disfrutando de la calidez de su cuerpo y de sus suaves labios moviéndose en total sincronía con los míos.

— Lo haces muy mal —le digo separándome un poco.

— ¿En serio? —Sonríe.

— No sé cómo Heidi te prefiere.

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